Del descalabro de los dos Mercedes con los duros también se benefició Fernando Alonso, que pudo adelantar a Hamilton y superar a Russell. El asturiano crecía hasta la sexta posición (v. 23/53).
Pérez, con gomas más blandas y más jóvenes que el McLaren, recuperó la posición a Norris y a Leclerc (que no había cambiado sus neumáticos medios) para volver a ser segundo detrás de su jefe de filas.
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