Montjuïc se despidió del clásico femenino por todo lo alto y con el partido más eléctrico y disputado que se recuerda entre blaugranas y blancas. Tuvo de todo, goles, polémica arbitral, intensidad y hasta cuatro goles anulados en la primera parte. El Barça se enfrentó al Real Madrid más atrevido y desacomplejado hasta la fecha, pero fue de más a menos y acabó desquiciado en una segunda mitad que convirtió al vigésimo clásico en el más caliente de la historia.
El equipo de Pau Quesada presionó a las culés con valentía, creando problemas al Barça en la salida del balón, un escenario al que no están nada acostumbradas en Barcelona. El duelo arrancó caliente, con un remate al poste de Alexia Putellas a los 30 segundos. Y no le faltó de nada, en el minuto 2 Paola Cebollada anuló un tanto a Weir por un claro fuera de juego después de que la delantera blanca se plantase completamente sola delante de Cata Coll en un desajuste de la defensa culé. Un nuevo error en la zaga permitió a Caicedo enviar un peligroso centro y, por fortuna para las de Pere Romeu, Feller falló un gol cantado chutando a las manos de la portera balear.
La respuesta de las blaugrana tuvo un nombre propio, el de Ewa Pajor. Cuánto había echado de menos el Barça a su killer. Le anularon un gol por fuera de juego, pero no desistió y tuvo su premio en forma de doblete. Fue la heroína del triunfo culé con dos goles en un cuarto de hora. El primero, rematando un centro de una Claudia Pina que regateó con maestría en el área blanca. Le volvieron a anular otro tanto a la delantera polaca. Esta vez por unas dudosa manos que la cuarta árbitra no viendo clara la acción en las repeticiones, pidió a Paola Cebollada que revisase ella misma la acción en las pantallas. Cinco minutos necesitaron para acabar dictando sentencia, dejando sin efecto el tanto.
El Real Madrid no se hizo pequeño y fue sin complejos a por el partido. Linda Caicedo tuvo la más clara en el minuto 24 pero apareció, salvadora, Cata Coll para evitar el empate. Pero entonces respondió de nuevo Ewa Pajor. La delantera polaca cazó el rechace de Misa al disparo inicial de Graham Hansen y remató con el escudo para anotar el 2 a 0 a la media hora de partido. Volvió a tenerla el Madrid, esta vez por un error de la portera culé, que salió muy mal, pero Irene Paredes metió con maestría el pie para rescatar al equipo.
El Barça se marchó al descanso con el clásico encarrilado, pese a no poder contar en el once con la lesionada Patri Guijarro, ni a Aitana Bonmatí, la gran sorpresa de la alineación ante el Real Madrid. Pere Romeu sentó en el banquillo a la Balón de Oro, aludiendo molestias en el isquio, pero la de Sant Pere de Ribes entró desde el banquillo en la segunda mitad y jugó más de media hora sin problemas. Sustituyó precisamente a una Vicky López que se ha ganado a pulso la titularidad con grandes actuaciones pese a su juventud como el golazo ante el Deportivo o el MVP en el último encuentro de Champions, en el que alcanzó los cien partidos con la camiseta blaugrana, convirtiéndose en la futbolista más joven en hacerlo con 19 años, 3 meses y 14 días.
El Barça bajó el pistón. Con el partido controlado y con la vista puesta en el partido de Champions frente al Chelsea del próximo jueves, Romeu empezó a dosificar esfuerzos. Además, las blaugrana tuvieron que encajar una nueva lesión cuando Esmee Brugts pidió el cambio con gestos de dolor en su rodilla y tuvo que ser retirada en camilla.
Y de repente, en el minuto 75, el partido se incendió. Pau Quesada pidió revisar un penalti de Cata Coll sobre Athenea del Castillo y Paola Cebollada, tras revisar la acción, consideró que la portera derribó a la delantera cántabra. Montjuïc se convirtió en un infierno, abucheando al Madrid mientras Weir cogía el balón y lo situaba en el punto de penalti. La escocesa cogió carrerilla armó la pierna pero apareció, salvadora, una inmensa Cata Coll para erigirse en heroína de la tarde con una parada magistral que celebró con rabia.
La tensión se trasladó también a los banquillos, que se enzarzaron en una tangana nunca vista en un clásico femenino y convirtiendo la despedida de Montjuïc en el clásico más caliente que se recuerda, superando a aquel tenso duelo en el Di Stéfano en mitad del conflicto de la selección española allá por el 2022.
Dentro del terreno de juego, el Barça no perdió los nervios y respondió con goles para cerrar el partido con una nueva goleada blaugrana. Sydney Schertenleib y Aitana Bonmatí expulsaron toda la tensión y pusieron la guinda al partido con un triunfo para el recuerdo ante un Madrid que fue de más a menos y acabó desquiciado.
