El fútbol nunca despertó pasiones a Benito Mussolini. En cuanto al juego de refiere, ya que el Duce aparcó ese desdén hacia el deporte en general cuando vio que este podía ser usado como arma propagandística para el régimen fascista. De ahí su interés en organizar el segundo Mundial de fútbol de la historia (1934) que Italia tenía ganar como fuera. Y así sucedió bajo sospecha y mucha violencia, y cuatro años después repetiría en Francia después de que los futbolistas italianos recibieran un telegrama motivacional. ”Vencer o morir”, dicen que incluía el texto.
Afortunadamente, el fútbol ya no suele ser una cuestión de vida o muerte, si bien continúa patente la intolerancia y el racismo en la Serie A, competición que esta nueva temporada tendrá la oportunidad de ver por primera vez a un Mussolini en un terreno de juego. El recién ascendido Cremonese ha anunciado esta semana el fichaje de Romano Benito Floriani Mussolini en calidad de cedido. El joven futbolista de 22 años pertenece a la Lazio, club a menudo vinculado a la extrema derecha por tristes episodios protagonizados en la curva Norte (allí donde realizaba el saludo romano el autodeclarado fascista Paolo Di Canio o desde donde los irriducibili orquestaban campañas de mal gusto como la de la creación de pegatinas de Ana Frank con la camiseta de la archienemiga Roma), lo cual añade más morbo a la historia.
El carrilero derecho llega en calidad de cedido de la Lazio, club vinculado a menudo con el fascismo por sus ultras
Nacido en Roma, Floriani Mussolini creció en la entidad giallorrosa antes de pasarse al rival ciudadano laziale. Jugando casi siempre en la derecha, ya sea como lateral o carrilero, sus buenas actuaciones en la Juve Stabia de la Serie B le han servido para dar el salto a la élite del calcio. En la Campania llegó su primer gol como profesional, no exento de polémica por la celebración de la grada local brazo en alto y gritando el nombre de Mussolini. Sin ningún tipo de reparo.
Romano se mantuvo al margen. No quiere saber nada de política, al menos públicamente. Todo lo contrario que su madre, Alessandra, de quien su abuelo seguramente estaría orgulloso. Como la primera ministra Giorgia Meloni, inició su carrera como política en el partido neofascista Movimiento Social Italiano antes adherirse al partido Forza Italia de Silvio Berlusconi, del cual ha conseguido ser europarlamentaria.
Es por ello que el nuevo jugador del Cremonese está acostumbrado a los focos y a las cámaras, aunque difícilmente superará nunca a su tía abuela, la actriz italiana más popular de siempre: Sofia Loren (su hermana se casó con el abuelo de Romano).
Que no reniegue de su pasado no quiere decir que en algún momento sintiera pudor. Siendo más joven, su nombre en la camiseta era 'Floriani M.', pero desde hace tiempo la serigrafía ya no oculta sus orígenes por parte de madre ('F. Mussolini) en un país donde no se suelen lucir los dos apellidos. Quizá le avergüence más el de su padre, Mauro Floriani, exagente de la Guardia di Finanza condenado por un escándalo de prostitución infantil en 2015.
“Mi bisabuelo fue una figura muy importante para Italia, pero el mundo ha cambiado”, decía en una entrevista
“Mi bisabuelo Benito fue una figura muy importante para Italia, pero estamos en el 2024 y el mundo ha cambiado. Sinceramente, estas cosas vinculadas a mi apellido no me interesan. Siempre habrá algún prejuicio, pero mi trabajo no tiene nada que ver con eso y no me afecta” explicó el año pasado en una entrevista en la Gazzetta dello Sport. Romano admite haber oído algunos gritos hostiles desde la grada, sin darle más importancia. También muestra indiferencia hacia los comentarios negativos en las redes sociales.
Desde la Lazio aseguran que su familia nunca ha estado muy interesada en el rendimiento deportivo del joven. En un reportaje de Il Messaggero, el entonces director de la cantera laziale, Mauro Bianchessi, lo definió como una persona “humilde, trabajadora y que no se queja”. Habrá que ver cómo le sienta la máxima categoría y si nota el peso de la herencia familiar más de un siglo después de que su bisabuelo y los camisas negras se dieran a conocer al mundo en la Marcha sobre Roma.
El adiestrador español del águila de la Lazio, seguidor de Vox, desahuciado
El anuncio del regreso a la disciplina de Floriano Mussolini a la Lazio a finales de junio tras su cesión al Juve Stabia coincidió con el desahucio del español Juan Bernabé de Formello, la ciudad deportiva laziale. El adiestrador de Olympia, el águila que simboliza al club en homenaje al Imperio Romano, había sido despedido a principios de enero por haber publicado contenido audiovisual explícito de su implante de pene y se negaba a abandonar su vivienda, hasta que tuvo que hacerlo por orden judicial con la policía llamando a la puerta. Ya en el 2021 protagonizó un escándalo por hacer el saludo fascista en público, si bien nunca ha escondido ser seguidor de Vox y admira a Franco, Hitler o Mussolini.