Ciento doce aficionados del Girona se presentaron en el estadio de La Cerámica. Ciento doce. Como el número de emergencias (112). Porque solo han pasado dos jornadas de Liga pero su equipo se encuentra en una situación en el que las urgencias son palpables y las alarmas suenan a todo trapo. Un solo gol a favor y ocho en contra. Dos derrotas muy sonrojantes. Si ante el Rayo la puesta en escena resultó patética contra el Villarreal el arranque fue la cámara de los horrores. No queda nada de aquel equipo que maravilló hace dos temporadas, con su brillante clasificación para la Champions. Siguen un abatido Míchel en el banquillo y diversos futbolistas pero no existe espíritu ni argamasa ni confianza.
Al contrario, es un Girona sin alma. A ver qué pergeña Quique Cárcel en la recta final del mercado porque las constantes del Girona son casi inexistentes. En La Cerámica, antes de la media hora, el Villarreal ya le vapuleaba por 4-0. En la pausa de hidratación Míchel se encontra en estado de shock y simplemente se limitó a ordenar un cambio de sistema (5-4-1). Ni una mala bronca, al menos en público.
Y eso que el técnico vallecano había intentado sacudir su once inicial con la entrada de Vitor Reis, por el que el City pagó 37 millones en enero, Hugo Rincón, aterrizado este verano, y Dawda, un delantero del filial al que hace unos días le hicieron ficha del primer equipo.
Antes de la media hora el Girona ya caía por 4-0 pese a los cambios introducidos en el once por Míchel
Claro que en la alineación también figuraban pesos pesados como Yangel Herrera y Krejci. El técnico del Girona dijo que jugarían aunque hace días que en Girona piensan que se van a marchar antes del cierre del mercado. Sea como sea ambos salieron en la fotografía de los dos primeros goles amarillos.
En el 1-0 Yangel Herrera, que después se lesionaría, se vistió de Gazzaniga y le regaló el balón con un control inaceptable a Pépé. El talentoso futbolista del Villarreal lo aprovechó para batir al ucraniano Krapyvtsov. Ya estaba el encuentro como ante el Rayo pero el Girona se fue superando en sus desaciertos. Llegado el cuarto de hora un balón largo hacia Buchanan derivó en un túnel a Krejci antes de que el chut del canadiense, sin ángulo, sorprendiera al portero del Girona. El guardameta pudo hacer más, como también lo había podido hacer en el origen de la acción un Blind avejentado al que Buchanan le ganó la espalda con una facilidad pasmosa.
El Girona era un desastre total. El Villarreal, lanzado, le pintaba la cara en cada ataque, jugueteaba con un rival mortecino y el tercero cayó sin mayor dificultad. Tras una jugada a balón parado Pino encontró en el segundo palo a Rafa Marín, que cabeceó a placer.
Yangel Herrera y Krejci, que pueden marcharse del equipo, quedaron retratados en los primeros goles
No es que el Girona estuviera grogui, es que no se levantaba de la lona. Era un saco para los golpes del Villarreal. Buchanan firmaría a continuación su doblete para el cuarto de los groguets. En la reanudación rubricaría su gran actuación con su triplete y el quinto de los de Marcelino. Su chut dobló las manos de Krapyvtsov.
Míchel no sabía dónde meterse. Al entreacto introdujo a Lemar e hizo debutar a Àlex Moreno. Por el Villarreal se estrenaba Renato Veiga, el fichaje más caro de su historia. No hubo ni un atisbo de reacción del Girona. Qué inicio tan pésimo.