Abraham González, exfutbolista de Barça y Espanyol ya retirado, nunca olvidará lo que le ocurrió el 14 de marzo del 2015. Expiraba la primera parte en el RCDE Stadium ante el Atlético cuando Miranda, central brasileño, le propinó un codazo a la altura del pómulo en un balón dividido. El catalán cayó como un saco de patatas y su cabeza impactó en el césped.
Llegaron las asistencias, se lo llevaron en camilla y a partir de ahí, tras superar el susto inicial, sucedió algo que aún le remueve. “Me dijeron que fuera al vestuario. Seguí el pasillo hasta el final, no daba con él; me atendieron, y me levanté de golpe preguntando qué había pasado... Me dijeron que contara de tres en tres. Y no pude. Me preguntaron por cinco animales. Y solo pude decir un ciervo”, explica. “No recuerdo el trayecto al hospital. Me hicieron un TAC, estuve en observación, y al día siguiente me dieron el alta”, cuenta.
“Me preguntaron por cinco animales, solo pude decir el ciervo”
Unas imágenes similares a las que se hicieron virales la temporada anterior cuando la cabeza de Gavi chocó con la de Conechny, del Alavés. Fue sustituido. No sabía ni dónde estaba. Contundente fue Raphael Varane, quien reconoció que todos los impactos en la cabeza en su carrera “dañaron su cuerpo” y, según su relato, eso le llevó a jugar un mal partido ante el City en la Champions del 2020.
Como ya ocurriera en otros deportes como el fútbol americano o el hockey hielo, ahora el fútbol se encamina a un cambio de normas. Aún es un escenario distópico, pero en años el debate será imparable. Los jugadores se exponen a impactos con una diferencia: la cabeza es una parte más con la que golpear el balón. Y, en algunas posiciones, su uso es reiterado a lo largo de su carrera.
Una de las personas que más ha profundizado en el estudio de las conmociones cerebrales y los golpes en la cabeza es el doctor Álex Iranzo, responsable de la unidad de neurología del hospital Clínic y profesor en la Universitat de Barcelona. El doctor Iranzo, gracias a una beca concedida por el Ministerio de Sanidad, con una dotación de 50.000 euros, está llevando a cabo una investigación sobre los traumatismos craneoencefálicos en jugadores retirados, en colaboración con los doctores Gil Rodas y Javier Yanguas, ambos vinculados al FC Barcelona.
El proyecto se desarrolla con la participación de la asociación de veteranos blaugrana, así como con varios exjugadores de rugby. El objetivo de la investigación, que incluye pruebas de memoria, análisis sanguíneos con biomarcadores y estudios del sueño, es determinar si presentan indicios tempranos de enfermedades neurodegenerativas. Se prevé que en el 2026 existan conclusiones.
En una conversación con La Vanguardia, el doctor Iranzo destaca que existen dos clases de impactos craneales. “Una cosa son las conmociones cerebrales, debidas a un golpe en la cabeza con otro jugador, y otra son los golpes leves repetitivos como los cabezazos a la pelota rematando o despejando. Hoy en día aún no se sabe cuál afecta más de los dos”. “Las enfermedades como el Parkinson o la demencia aparecen 30 o 40 años después de retirarse. He visto pacientes con esas enfermedades que han sido jugadores profesionales de fútbol y que no han padecido una conmoción cerebral durante su carrera. Es cierto que la pelota con la que se juega ahora es mucho más ligera que las antiguas de cuero, pero también es más veloz, y eso hace que el impacto en la cabeza del jugador sea más seco”, añade Iranzo.
Con anterioridad, el doctor Iranzo también lideró otra investigación en la que se examinaron los golpes en la cabeza en 120 encuentros escogidos al azar de cuatro Copas del Mundo distintas (Alemania 1974, Italia 1990, Alemania 2006 y Qatar 2022). Tras un análisis detallado, se constató que el número de conmociones craneales entre el Mundial de 1974 y el de 1990 fue de 39, mientras que en los torneos del 2006 y del 2022 la cifra ascendió a 94. Asimismo, en un 33% de las colisiones en la cabeza registradas en los Mundiales del 2006 y del 2022 fue necesaria la asistencia médica y en cinco casos los jugadores tuvieron que abandonar el campo, dos con fracturas de cráneo.
El crecimiento de los golpes de cabeza
Las conmociones en Mundiales fueron 39 entre 1974 y 1990 y 94 entre 2006 y 2022
El incremento de la sensibilización en torno a los golpes en la cabeza ha motivado que, según ha podido conocer La Vanguardia, la Federació Catalana de Futbol esté recopilando estadísticas y elaborando informes con la ayuda de varios especialistas en neurología, entre ellos el doctor Iranzo, para presentar una propuesta a la RFEF que permita limitar los contactos con la cabeza en las categorías de formación a partir de la temporada 2026-2027. “La idea es cambiar algunas normas para evitar que los jugadores sufran tantos impactos en la cabeza. A la cabeza no se le tiene el mismo respeto que a un tobillo o a una pierna. Se tiene que educar a los clubs, directivos, entrenadores, médicos y jugadores de que la cabeza es peligrosa y que, a la larga, se pueden tener más posibilidades de tener problemas neurodegenerativos. El objetivo no es prohibir los cabezazos, pero sí se tienen que sancionar los impactos en la cabeza del contrario cuando sean intencionados o agresivos. Sancionarlos con tarjeta roja si es necesario. Esto se ha de hacer poco a poco y educando bien”, explica Iranzo.
La propuesta afectará a las categorías desde los siete a los 12 años. Entre los siete y los diez estarán prohibidos los cabezazos deliberados y se debe determinar la sanción (lo lógico es un tiro libre indirecto); entre los diez y los 12, se permitirán en el espacio de fuera de juego. Esta distinción es por la evolución técnica del jugador: “Cuando dos fuerzas chocan en oposición, esa fuerza se reabsorbe en una de ellas. Si no sabes rematar bien de cabeza, va para la cabeza y el cuello”, explican fuentes de la FCF. “En el fútbol balear, esta temporada, en edad prebenjamín (siete y ocho años) los saques de banda serán con el pie”, añaden. Una medida que también reduce estos impactos. En los estudios realizados por la FCF, se constatan curiosidades como que por cada ocho cabezazos de los niños, solo hay uno de las niñas.

Campaña del fútbol inglés contra la demencia: 'Enough is enough'
Esta medida ya se aplica en el fútbol inglés y estadounidense. Desde el 2020, la Football Assotiation ha realizado estudios y pruebas piloto en entrenamientos. En el 2022 empezaron a prohibir esos cabezazos deliberados en el fútbol base de siete a nueve años, y cada temporada aumentará una franja más hasta alcanzar los 12 años. “Enough is enough” (Es suficiente), se titula la campaña contra la demencia, ilustrada con las fotografías de los futbolistas que la han sufrido, como Bobby Charlton o Bob Paisley.
La medicina, de confirmarse esta relación, revolucionará el juego en un futuro próximo por el bien de los deportistas.