No quiere esperar más. Tendrá otras oportunidades, seguro. Pero la paciencia tampoco es el punto fuerte de su generación. En la época de la inmediatez encabeza una generación de deportistas que han madurado deprisa y que no piensan detenerse. Que el Mundial del año que viene en Estados Unidos, Canadá y México sea el de Lamine Yamal no se sabrá hasta el próximo mes de julio pero el camino para España y para el propio delantero barcelonista empieza este jueves (20.45 horas) en Sofía donde la roja se mide a Bulgaria.
Arranca la fase de clasificación para el Mundial, una fase exprés que se ventila en tres ventanas, entre ahora y el mes de noviembre. Los otros rivales del equipo de De la Fuente son Turquía y Georgia. La primera clasificada del grupo entra directamente en el Mundial y la segunda va a la repesca. España goza de la ventaja de que la repesca la tiene asegurada en caso de necesidad por haber quedado líder de uno de los grupos principales de la Nations League. Cosas de este fútbol moderno que brindará al personal el primer Mundial con un total de 48 selecciones (de 211 países afiliados en la FIFA).
“A Lamine hay que educarle pero está centrado en lo que quiere conseguir”, dice De la Fuente
También será el primero de Lamine Yamal en caso de que España participe. Lo contrario sería una debacle mayúscula. A los 17 años recién cumplidos fue capital en el triunfo español en la Eurocopa de Alemania. Antes de los 18 levantó la Supercopa, la Copa y la Liga con el Barça. En caso de llegar a la final del Mundial, el 19 de julio, Lamine habrá soplado las 19 velas apenas unos días antes. Dos 19. ¿Un buen augurio? Ya se verá. Lo cierto es que por ambición no quedará.
“A los 18 años le pido todo lo que ya he tenido a los 16 y 17 y el título que me falta: la Champions y también el Mundial. Mi mentalidad me dice que tengo que ir a ganar y no pensar en que tengo muchos años por delante para jugar. Quiero ganar ahora y daré todo por hacerlo”, afirmó Lamine durante el pasado mes de julio. Una declaración de intenciones en la que abundó el martes en una entrevista con Televisión Española. “Tenemos una selección para ser campeones del mundo, aunque no depende de ser los mejores, depende de la intensidad, de no relajarse, de ir a por todas y es lo que intentaremos”, razonó el dorsal 10 barcelonista.
El lunes hará dos años desde que debutó con la selección contra Georgia. Lo hizo marcando y convirtiéndose en el debutante y en el goleador más joven de la historia de la roja . 16 años y 57 días tenía la criatura. Apenas llevaba unos meses con el primer equipo del Barça. Todo le ha ido a la velocidad de la luz quemando etapas de corrido y contando con la confianza de Xavi y Hansi Flick en el Barça y de Luis de la Fuente, con España.
El seleccionador le ha echado un capote cuando la abundante prensa madrileña que sigue a la selección le ha criticado por su manera de divertirse fuera del campo o por sus celebraciones, como la que imita la colocación de una corona. Para De la Fuente se trata de la chistera del mago y está dispuesto a seguir cuidándola para que le proporcione enormes réditos. “A Lamine hay que ayudarle, educarle y formarle porque aún es un crío pero entiende muy bien los mensajes. Es muy maduro y muy inteligente y está muy centrado en lo que quiere conseguir”, dijo el seleccionador.
Lo afirmó en presencia de Hristo Stoichkov, que ejerció de embajador de su país. El Mundial, entre ceja y ceja.