La etapa en el Bayern de Munich de Pep Guardiola, actual entrenador del Manchester City, estuvo marcada por los éxitos en la liga alemana, donde arrasó, aunque no logró conquistar la Champions. El reto del de Santpedor era contracultural, cambiar la forma de jugar de un club tan rígido y donde los ex jugadores forman un entorno controlador. En más de una ocasión Guardiola expresó la dificultad de ese reto que duró tres años (2013-2016). Y vivió momentos limítrofes.
El presidente de honor, Franz Beckenbauer, llegó a comentar en la prensa que “algún día terminaremos jugando como el Barça y no podrás seguir mirando de la desesperación; cuando estén sobre la línea de gol van a tocar otra vez el balón hacia atrás”. Incluso, dijo que “espero que no aburramos con el Barça”. Hasta Guardiola, tras conquistar una de sus Bundesliga, fue claro: “Si ellos quieren, nos damos la mano y me voy a casa”.
Al final salió al tercer año y ya va camino de la década en City, donde se siente cómodo y sí conquistó la Champions. Luego, llegó Carlo Ancelotti a ese banquillo de termitas, y vivió un calvario, como explica en su nuevo libro, 'El sueño: cómo ganar la Champions League', que verá la luz el 1 de octubre, pero al que ha tenido acceso ya la prensa alemana, como Bild. El resumen del actual seleccionador de Brasil dispara con bala: “Viví el despido más despiadado de mi carrera”.
A diferencia como sus clubes anteriores, como Milan, Real Madrid o Chelsea, en esta ocasión se encontraba un mando diferente: “Lo completamente nuevo para mí era trabajar en un club que no se regía por los caprichos de un único y carismático dueño. En cambio, había un grupo diverso, uno que representaba a los clubes tradicionales y legendarios, otros con jugadores que eran leyendas”. Y ahí empezaron a surgir los inconvenientes.
Me puse delante del equipo, saqué la hoja y dije que era cosa de la directiva”
Un día le dieron “una lista con cinco puntos para leer”. Ancelotti, que no quería perder el vestuario, cuenta que “me puse delante del equipo, saqué la hoja de papel del bolsillo y dije 'tengo órdenes de la directiva de leerles esta lista”.
Ancelotti recuerda que “ganamos la liga con 15 puntos de ventaja, cinco más que Guardiola los dos años anteriores, pero no lo consideraron un éxito. Para ellos era lo mínimo”. En septiembre del año siguiente, después incluso de reunirse en ocasiones con Phlippe Lahm para conocer su opinión sobre todo lo que estaba pasando, fue despedido. “No hace falta un presidente errático o un propietario impredecible para que te echen. Los accionistas de una empresa también pueden hacerlo”, resumió. Y espetó: “Fue el despido más despiadado de mi carrera”.
El propio Hansi Flick salió después de conseguir un sextete el primer año y repetir con el título de la Bundesliga el segundo por, entre otras cosas, sus desavenencias con el director deportivo, Hasan Salihamidzic. Un club complicado como sostiene el propio Ancelotti.
