Mikel Merino (Pamplona, 1996) es la gran sensación de la selección española. Asolado por las bajas de figuras como Lamine Yamal o Rodri, De la Fuente ha conseguido que su equipo siga funcionando como una máquina perfectamente engrasada. La culpa la tienen las piezas de repuesto, que se han demostrado tan válidas como las originales. Y, si una destaca por encima de las demás, es la de Merino, ahora futbolista del Arsenal, que está rindiendo a un nivel soberbio.
Siempre imprescindible para De la Fuente, aunque poca veces titular –en la Eurocopa participó en todos los partidos pero sólo uno desde el inicio–, el polivalente jugador navarro ha dado un enorme paso adelante ante la ausencia del lesionado Fabián, uno de los fijos indiscutibles para el seleccionador. Merino ha sido titular en los cuatro partidos de clasificación para el Mundial, demostrando un nivel altísimo. Sus números, además, asustan. Seis goles en esos cuatro partidos y una asistencia, después del doblete de cabezazos que firmó el martes en Zorrilla, donde también provocó un penalti.
Protagonista absoluto de los últimos éxitos del combinado nacional, Merino se ha convertido en una de las joyas de De la Fuente, encantado con su rendimiento, consciente también de que su confianza en él tiene parte de culpa en el crecimiento del futbolista. A 8 meses del Mundial, quitar a Merino del once ahora mismo parecería una boutade por parte del técnico, que tendrá un dolor de cabeza cuando se recupere Fabián para elegir a sus once futbolistas, de eso no hay duda. Pero, como repite De la Fuente cada vez con más asiduidad, “el mejor jugador de España es el equipo”. De momento, los resultados le dan la razón.

