Por la consulta del doctor Ramon Cugat ha pasado medio mundo. Y no es una exageración
'El noi amb una maleta i un somni', Jordi Basté
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Algo mitómano y muy culé, como él se reconoce a sí mismo, Jordi Basté (60) agita la coctelera y de la mezcla surge su alma.
Basté se sumerge en la historia del doctor Ramon Cugat, la convierte en un libro magnífico (El noi amb una maleta i un somni, editorial Rosa dels Vents), y luego convoca a los medios en la librería Ona, llena a rebosar el escenario y encima se trae a Pep Guardiola, personaje bastesiano que siempre está en el candelero y ahora más, pues en la víspera había alcanzado la cifra mil como director de orquesta: mil partidos manejando un partido desde los banquillos.
(Y en este caso, maniatando al Liverpool: 3-0 le endosó el City de Guardiola este fin de semana; “Guardiola ha ganado el 71% de sus partidos”, nos recuerda Berni Álvarez, conseller d’Esports de la Generalitat).
(...)
–Venga, que tengo prisa, que hoy todavía tengo que operar unos ligamentos –nos dice el doctor Cugat (75), médico y padre de decenas de deportistas azulgrana, tras auparse al escenario.
Ha anochecido ya en Barcelona, son los siete largas en la librería Ona, en el Eixample, y ambos, Basté y el doctor Cugat, inician un diálogo cómplice, un diálogo con rechifla y trasfondo: observándoles, uno interpreta que este tipo de charlas a dos manos ya se ha producido antes.
–De entre todos los que aquí estamos, ¿cuántas rodillas ha operado usted? –le pregunta Basté.
De entre todos en este auditorio, ¿cuántas rodillas ha operado usted?”
–Unas cuantas, incluida la de Afellay, que hoy duerme en mi casa.
(Y es rigurosamente cierto: entre el auditorio se mueve el neerlandés que fue del Barça y también del Schalke 04, el Olympiacos, el Stoke City y el PSV en el que todo había empezado).
–Hablamos de Afellay en el libro. Se ha leído usted su propio libro, ¿verdad? –sigue Basté.
–No.
–¿Le parece normal?
–Supongo que diréis cosas que ya he dicho. ¿Para qué leerlas?
Y por ahí siguen. Ahora hablan del amor, de cómo el doctor Cugat conoció a su mujer, Montse Garcia Balletbó, de cómo se inició en el fútbol (“yo era un futbolista de pueblo, de l’Aldea, sin futuro”), de su infancia y de su juventud:
–La medicina es como la biología. Aprendí eso de joven, cuando sembraba los campos de arroz y palmeras.
La medicina es como la biología. Lo aprendí de joven, al sembrar los campos de arroz”
Basté le observa.
Guarda silencio. Basté le deja hacer, es tan sabio escuchando como preguntando.
Y al fin, dice:
–Lleva usted 50 años de profesión. ¿No se piensa jubilar?
–Nunca. A los cuatro años de jubilarse, la mayoría de profesionales ya están muertos. Y en esos casos, la mayoría son hombres. Ya descansaré cuando esté muerto. Además, cuando maduras eres como la fruta, más gustoso.
Basté aguanta el quite.
La audiencia se retuerce.
La audiencia es polivalente, como era Laudrup. Como es Basté. Están los hermanos Garcia Junyent, los hermanos Sánchez Llibre y Mao, Lluís Bassat, Luis del Olmo, Josep Oliu, José Antonio Montero y Andrés Jiménez, Antonia dell’Atte...
Pep Guardiola contempla a Basté, Cugat y Berni Álvarez, este lunes en la librería Ona
–¿Qué es una artroscopia?
–De crío, me desmayé asistiendo a una. Pero claro, aún no era un médico.
Ahora hablan de factores de crecimiento, del dolor que se produce cuando se pincha un tendón. Cugat dice que el fútbol, para un médico, es una cantera:
–En Catalunya hay 245.000 licencias. El año pasado se rompieron 27.000 futbolistas.
Hablan de los isquiotibiales que se rompía Guardiola y de la pubalgia, “tan famosa hoy”. Y al despedirse, cuando Basté le pregunta si es cierto eso de que esa noche aún tiene que operar unos ligamentos, Cugat cierra asumiendo el riesgo:
–Mi madre me decía: ‘Menos mal que saliste hombre porque si sales mujer, puta seguro’.
(Cuando todo acaba, decenas de cámaras aguardan afuera a Guardiola; aguardan en vano: se escurre por la puerta contigua).
