La mezcla de emociones, de euforia en los africanos y decepción en los europeos, deparó un tramo final loco, con constantes llegadas al área y con el centro del campo como zona de paso. Mitrovic, en un remate en el área y en un mano a mano, pudo decantar el duelo, pero el empate no se movió y fuerza a las dos selecciones a ganar su último partido para tener opciones, Serbia ante Suiza y Camerún ante la temible Brasil.