La tiranía de Scottie Scheffler y los brotes verdes de Jon Rahm

Golf | PGA Championship

El número uno del mundo arrasa a sus rivales incluso sin estar fino y se lleva el PGA Championship en Quail Hollow, el tercer ‘grande’ de su carrera

CHARLOTTE, NORTH CAROLINA - MAY 18: Scottie Scheffler of the United States celebrates with the Wanamaker Trophy, son, Bennett Scheffler and mom, Diane Scheffler after winning the 2025 PGA Championship at Quail Hollow Country Club on May 18, 2025 in Charlotte, North Carolina. Kevin C. Cox/Getty Images/AFP (Photo by Kevin C. Cox / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP)

El trofeo Wanamaker preside la conversación de la familia Scheffler

KEVIN C. COX / AFP

Cuando a uno le empiezan a asociar cada vez más a menudo con Jack Nicklaus y Tiger Woods, los dos jugadores más dominantes de la historia del golf, es que va por el buen camino. Así sucede con Scottie Scheffler (Ridgewood, Nueva Jersey, 1996), el indiscutible dominador de este maravilloso deporte en los últimos años, que el domingo arrasaba en Quail Hollow para ganar el PGA Championship y sumar su tercer major. Desde la Segunda Guerra Mundial, sólo dos golfistas lograron ganar 15 títulos del PGA Tour y 3 grandes antes de los 29 años. En efecto, son el Oso Dorado y el Tigre.

Scheffler, que lleva más de 100 semanas al frente del ranking mundial –sólo Tiger Woods (281 y 264) se ha pasado más tiempo seguido en el número uno–, dista mucho del prototipo de estrella del deporte mundial. La única red social en la que tiene cuenta es Instagram, donde apenas hace publicaciones, y los pilares de su vida son la fe, su familia y sus amigos. Un ejemplo de todo esto es su antiguo coche, un viejo GMC Yukon, que aguantó más de una década (más de 200.000 km) a pesar de estar ganando millones a espuerta. Presumir no es una palabra que esté incluida en su diccionario.

Rahm volvió a ilusionar, llegando a igualar con Scheffler a 9 hoyos para el final de la última jornada

El jugador tejano (nació en Nueva Jersey pero ha vivido en Texas desde los 6 años) es como un robot. Es un jugador metódico, que apenas deja escapar sentimientos durante sus vueltas, y actúa como un martillo. Apenas falla y, cuando lo hace, casi siempre responde con un gran acierto. Lo sufrieron así sus competidores en Quail Hollow, donde Scheffler no lució ni de lejos su mejor juego, con momentos incluso malos de juego, y aún así le alcanzó para dominar con mano de hierro el segundo grande del año. “Estoy muy orgulloso de la manera en la que he luchado esta semana, he tenido problemas con mi swing los dos primeros días pero entre todos hemos salido adelante”, confesaba el campeón al acabar.

El único momento en que su victoria pareció en entredicho duró 13 minutos. Los que pasaron desde que Jon Rahm, tras hacer tres birdies en cuatro hoyos (8, 10 y 11), le igualó en la clasificación hasta que el estadounidense hizo birdie al 10 y recuperó el liderato, poniendo luego la directa para acabar imponiéndose por cinco golpes a sus perseguidores: Davis Riley, Bryson De Chambeau y Harris English.

Desde 1950, sólo Jack Nicklaus y Tiger Woods habían logrado 15 títulos del PGA Tour y 3 ‘majors’ antes de los 29

Un pésimo final de vuelta impidió al gran animador de la última jornada, el vasco Jon Rahm, integrar este grupo de perseguidores. El león de Barrika acabó finalmente en octava posición después de coliderar el torneo cuando le quedaban seis hoyos. A pesar de todo, desde que ganó su segundo major, el Masters de 2023, y se pasara al LIV golf meses más tarde, a Rahm le había costado competir en los grandes. La actuación en Quail Hollow refuerza mucho su figura. “Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien en un campo de golf. La herida está fresca aún pero saco muchas lecturas positivas de lo que ha pasado esta semana”, declaraba al acabar.

Rahm, como tantos otros, aspiran a acabar con la tiranía de Scheffler.

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