La paradoja del samurái es que aprendía a luchar hasta la muerte centrándose en el amor: el amor al honor y al servicio por encima de su persona
Jim Murphy, Excelencia interior
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¡Demonios!
Este libro de Jim Murphy, Excelencia interior, me hubiera venido de perlas en mis tiempos como atleta de élite, en aquellos años ochenta y noventa.
Lector, póngase en perspectiva. Intente colarse en la mente del mediofondista. Hágalo en los instantes previos al pistoletazo de salida. Por ejemplo, en un Campeonato de España. O en un Campeonato de Europa.
Veamos: voy a disputar un 800m y estoy analizando a mis siete adversarios. Los estudio uno a uno. En algún momento se me atraviesa un pensamiento: estos siete rivales son tan buenos como yo y están preparados y tan locos como yo. Debo arruinarles en menos de dos minutos. Tras esos dos minutos, todos habremos reventado.
Al irrumpir ese pensamiento, me entran ganas de correr... en la dirección opuesta.
Si entonces hubiera leído Excelencia interior (Conecta), mi vida atlética hubiera sido otra. Hubiera buscado, quizá, mi propio camino, en vez de centrarme en los adversarios. Me hubiera evitado el buscar recompensas falsas y transitorias, me hubiera enfocado en la felicidad de poder competir.
(...)
El 12 de enero del 2020, AJ Brown, fabuloso receptor de los Philadelphia Eagles, se sentó en el banquillo durante un partido de su equipo en la NFL, abrió Excelencia interior, pasó un buen rato leyendo el libro, las cámaras captaron la escena et voilà: las redes obraron el milagro y a Jim Murphy (58) todo aquello le vino de perlas.
–Estábamos vendiendo uno o dos ejemplares diarios y pasamos a vender 300.000 en tres semanas. Fue un salto muy loco –me cuenta el escritor.
(Me atiende por teléfono desde Nueva York).
Frustrado por mis fracasos deportivos, pasé cinco años a solas en el desierto de Sonora: allí concebí este libro”
Así fue. En un pispás, su obra se convertía en el libro más vendido en Amazon. The New York Times lo calificó de best-seller.
–Fíjese, yo había escrito una primera versión en el 2009. Entonces no había vendido muchos, pero tampoco me iba mal. El caso es que había decidido republicarlo en el 2018, y pasé dos años trabajando en mejorarlo hasta que ocurrió aquello de AJ Brown. Es curioso: en 16 años había vendido unos 7.000 ejemplares. Y en tres semanas, me fui hasta los 300.000...
(Me cuenta que hoy ya no sabe cuántos ejemplares ha vendido, pero Excelencia interior se ha traducido a 25 idiomas).
–¿Y de dónde venía la idea?
–Empecé a pensar en él al aislarme cinco años en el desierto de Sonora, en Tucson (Arizona), cuando me deshice de la mitad de mis posesiones, incluida la televisión.
–¿...?
–Había sido beisbolista profesional durante cinco años. Jugué con los Chicago Cubs en la Major League. Soñaba con lograr el batazo que me llevara a la base, lo deseaba tanto que me causaba pavor el no lograrlo. Cuando llevaba tres años en los Cubs, tuve una extraña lesión relacionada con la vista. Mis dos ojos no trabajaban a una, sus músculos no funcionaban si debía ponerme en marcha. Creo que era algo mental, psicológico. Dejé de jugar por un tiempo y luego volví por dos años más, pero acabé retirándome pronto.
–¿Y hoy ve bien?
–Es todo muy extraño. A mis 58 años mantengo una buena visión. Ni siquiera uso gafas... El caso es que, tras retirarme, me formé como coach porque sentía curiosidad. Entré en los Texas Rangers pero también lo dejé pronto. Aquel fue mi segundo fracaso, estaba devastado. Dirigí el beisbol sudafricano en los Juegos de Sydney 2000 y cuando aquello acabó no sabía qué hacer. Y me fui al desierto.
Sin televisión, sin distracciones, Jim Murphy se enfrascó en sus pensamientos. De allí salió Excelencia interior, el tercero de sus cuatro libros.
–En Sonora, decidí que quería ser coach deportivo. Como guía, escribí el libro: lo hice pensando en cuál debe ser la mentalidad del deportista olímpico.
En 16 años había vendido 7.000 ejemplares. Tras la escena de AJ Brown, vendí 300.000 en tres semanas”
–Le debe usted una cena a AJ Brown...
–La ESPN montó nuestro encuentro. AJ Brown fue humilde, maravilloso. Nos entrevistaron juntos. Hablamos del libro.
–¿Qué vio él en su obra?
–Decía que su profesión es tremendamente peligrosa, y que el libro le había ayudado a luchar contra los miedos.
–¿Y cómo es eso posible?
–El amor, la amistad y el compromiso con los otros nos ayudan a centrarnos. Lo hacen en el deporte y en la vida.
–¿Nuestra civilización está enferma?
–Estados Unidos está demasiado enfocado hacia la individualización y ese es un error. Fuimos creados para relacionarnos pero nos hemos obsesionado con el éxito. Queremos victorias y dinero, tenemos demasiados problemas mentales.