Se ha acabado, pero conservo ecos del pasado reciente. Conservo ecos de las vacaciones.
Al anochecer del sábado pasado, cuando apenas me faltaba un día para el cierre del gran duermevela, mi mujer cortó por lo sano.
En la profundidad de la noche, me vi saltando en el sofá mientras contemplaba ‘Septiembre 5’
Silvia me dijo:
–Venga, que esto se te acaba.
Encendió la tele, curioseó entre las plataformas y proclamó:
–Esta película va por ti.
Le dio al clic: en escena, Septiembre 5.
Septiembre 5 es el retrato de un episodio tan real y presente como la vida misma: se produjo en Múnich 1972, podría repetirse ahora mismo.
(...)
Aquellos iban a ser los Juegos de Mark Spitz, Olga Korbut y Lasse Viren, pero también los de la masacre. La masacre es historia viva del olimpismo: ocho terroristas de Septiembre Negro se colaron en la Villa Olímpica para secuestrar y asesinar a diez deportistas y técnicos israelíes.
El relato me puso las pilas.
Me hizo saltar del sofá, igual que los periodistas de ABC Sports, canal estadounidense, habían saltado de sus pupitres al escuchar los tiroteos y las sirenas que se apoderaban de la noche olímpica de Múnich.
¡A trabajar! ¡A improvisar!
Mientras arreciaba el alboroto y los directivos de la cadena se preguntaban qué sección informativa debía tomar el control de la información (si Sucesos, si Política, si Internacional...), los cronistas deportivos de ABC se reivindicaban:
–Si somos capaces de contar la historia de los deportistas, también seremos capaces de contar la historia de este atentado.
(Todo esto nos lo presenta la película).
Así que los cronistas de Deportes, heridos en el orgullo, habían decidido conjurarse. Buscaron la manera de colar a un cronista en la Villa Olímpica (spoiler: le diseñaron una acreditación falsa; ¿quién no se ha falsificado un DNI para colarse en una discoteca cuando no tenemos la edad mínima?). Activaron el escáner de la policía y pusieron en solfa a una periodista alemana que, sobre la marcha, les traducía los mensajes que difundían los investigadores. Colocaron cámaras en lugares estratégicos. Le plantaron cara a los agentes que asaltaban la cadena, ametralladora en mano, para cortar la señal...
Y así, pasaje tras pasaje, me vi yo, cortesía de mi mujer, hiperexcitado en la profundidad de una noche post vacacional, motivándome para regresar al ruedo y demostrarle al mundo que la gente de Deportes podemos contaros cualquier cosa, incluso las cosas más gordas que van sucediendo por ahí.
PD: Gracias, Silvia, he vuelto al ruedo con la ilusión del niño que regresa al colegio con una mochila nueva.