El Espanyol asalta Mendizorroza y se aleja del descenso

Alavés,0  - Espanyol, 1

Los de González tiraron de oficio en un partido muy difícil para acabar ganando con un gol de Calero

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Fernando Calero 

Juan Manuel Serrano Arce / Getty

A la undécima llegó la gloria. Después encajar un golpe tras otro lejos de Cornellà, este Espanyol que nunca deja de competir volvió a ganar fuera de casa. Diecinueve meses habían pasado desde el último triunfo en Primera, en Vallecas. Muchas tardes de lamentos e incomprensión hasta que ayer, en un campo de minas con es Mendizorroza, el equipo de Manolo González reivindicó su condición de mágico para lograr una victoria, quien sabe si justa, pero fundamental para la supervivencia del equipo en Primera División. Se quita una losa gigante de encima el Espanyol con tres puntos que sirven a la vez para alejarse un poco más del descenso y hundir a un rival directo.

La tarde tuvo un final feliz, pero el partido fue una auténtica pesadilla. Y eso que cumplió la promesa de su entrenador el equipo blanquiazul de ser valiente por fin fuera de su estadio. Con Urko como eje, y construyendo desde el balón, el Espanyol se sintió muy a gusto en el inicio y dominó a su rival, aunque sin ser capaz de generar peligro. Sin embargo, pronto desaparecieron los espacios en el medio y todas esas buenas intenciones se diluyeron. El Alavés ajustó la presión y los de González, que repitió el mismo once que contra el Athletic, se desesperaron. A partir de ahí, la propuesta fue un juego directo muy rudimentario, y pocas veces se salió con la suya Roberto Fernández, el hombre objetivo en ataque del Espanyol.

Varios errores defensivos pusieron nervioso al equipo en el primer tiempo

Todas las ocasiones peligrosas del primer tiempo llegaron por errores defensivos propios del Espanyol. En varias de esas desconexiones salió en la foto El Hilali, lateral de gran rendimiento este curso, pero que ayer sufrió mucho. Dos balones perdidos suyos en posiciones comprometidas sirvieron al Alavés para llegar sobre la portería de Joan García. Aunque habría más despistes, el más grave en una falta lejana botada con rapidez por Joan Jordán que sorprendió a los centrales. Kike García remató en semifallo y se salvó el Espanyol de nuevo, para entonces incapaz de hacer valer su propuesta en Mendizorroza.

Los de González también gozaron de acercamientos, pero cada ventaja que lograron la perdieron siempre con un último pase embarazoso. En la más clara Puado se marchó de Tenaglia por la izquierda, pero cuando entró en el área, sin ángulo para disparar, centró a las manos del portero con mucha inocencia. Alguna subida de Carlos Romero y dos disparos desde la frontal de Pol Lozano fue lo poco que se echó a la boca el Espanyol en el primer tiempo.

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Fernando Calero celebra su gol al Alavés

Juan Manuel Serrano Arce / Getty

El espectáculo no mejoró en el segundo tiempo. Ambos buscaron antes la trinchera que la filigrana. Y en esas artes se movió mucho mejor el equipo babazorro. Sin recibir conceder demasiado atrás, el Espanyol le cogió miedo al partido y renunció por completo intentar dar tres pases seguidos. Ofreció, eso sí, trabajo, lucha y mucho sacrificio, todo ello ejemplo del sufrimiento que padeció el equipo en un campo tan exigente en lo físico.

La mayor ambición del Alavés le llevó vivir más tiempo en campo rival, y esa inercia le generó más dudas al Espanyol. Volvió a ser clave Joan García, esta vez para salvar un disparo desde dentro del área de Carles Alená. Manolo González retiró a Pol Lozano y a Puado en busca de algo más de intensidad, pero solo Roberto Fernández ofrecía a esas alturas la capacidad necesaria para imponerse en los duelos a los rivales. En la otra área, Joan García se hacía gigante para detener dos nuevos disparos peligrosos. A un cuarto para hora el final, el Espanyol ambicioso, que quería dar un golpe sobre la mesa y conseguir la primera victoria fuera de casa, se encerraba en su área, perdía tiempo de forma descarada y pedía que el suplicio se acabase cuanto antes.

Fue a falta de de diez minutos cuando dio un paso adelante el Espanyol. Avisó primero Antoniu Roca, que había sustituido a un Pere Milla lesionado, con el primer chut a puerta del Espanyol ante al penúltimo de la clasificación. Pero no sería el último. El equipo perico tenía reservado lo mejor para el final. Tejero botó una falta y, de cabeza e imperial en el salto, Calero remató donde no podía llegar Sivera para hacer el 0-1. Enmudeció Mendizorroza al fin y se oyó a los 600 pericos desplazados a Vitoria-Gasteiz disfrutar por primera vez lejos del RCDE Stadium.

Ficha técnica:

Alavés, 0 - Espanyol, 1

0 - Alavés: Sivera, Tenaglia (Manu Sánchez, min.83), Abqar, Mouriño, Diarra (Guridi, min.92); Jordán, Blanco (Guevara, min.83), Carlos Vicente (Cabanes, min.46), Aleñá; Toni Martínez (Villalibre, min.61) y Kike García.

1 - Espanyol: Joan García; Omar, Kumbulla, Cabrera, Carlos Romero; Pol Lozano (Pere Milla, min.57; Roca, min.75), Urko; Jofre (Tejero, min.68), Král, Puado (Calero, min.68); y Roberto Fernández.

Gol: 0-1, min.86: Calero.

Árbitro: Juan Luis Pulido Santana (Comité de Las Palmas). Amonestó con cartulina amarilla a los locales Tenaglia (min.7), Blanco (min.65) y a los visitantes Lozano (min.17) y Omar (min.84).

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 25 de LaLiga EA Sports disputado en el estadio de Mendizorroza de Vitoria ante 17.068 espectadores, unos 500 visitantes.

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