El día en el que se cumplían 16 años de la pérdida de Dani Jarque, el eterno capitán, el Espanyol comunicó el fallecimiento de otro de los jugadores más emblemáticos de su historia. También defensor y capitán en la década de los años 60. Julián Riera, que jugó 213 partidos oficiales entre 1961 y 1970, falleció después de una enfermedad que ha padecido los últimos años de su vida. Tenía 84.
La puerta número 62 del RCDE Stadium lleva su nombre. No es para menos para un futbolista que vivió una década trascendental en la historia del club en la que se sufrieron dos descensos, la clasificación europea, los fichajes de dos históricos del la Liga como Ladislao Kubala y Alfredo Di Stéfano y la eclosión de los Cinco Delfines. Grandes recuerdos en el estadio de Sarrià.
Riera, que aprendió de grandes defensores como Argilés y Bartolí, fue un jugador capital en aquel Espanyol. Sobrio defensivamente, contundente, inteligente y aguerrido, lo que le valió para ser intocable con todos los entrenadores.
Riera protagonizó una de las imágenes más famosas de su tiempo. En un Espanyol-Real Madrid celebrado en Sarrià el 5 de enero de 1969, el jugador blanco José Luis Martínez Peinado le propinó un puñetazo que captaron perfectamente las cámaras fotográficas (uno de los hermanos Pérez de Rozas). En ella, se ve a Riera cayendo al suelo por el golpe, pero después confesó que el puño realmente no le alcanzó. Se armó una buena. El madridista fue expulsado. No hubo rencillas, pero fue bautizado, como explica Alfredo Relaño, como “el puñetazo más famoso del fútbol español”.
Además del Espanyol, el lateral izquierdo también jugó en el Sabadell, Terrassa, Sant Andreu y Mataró. Ya retirado, participó en los encuentros de veteranos que organizaba el ilustre perico Jaume Sabaté. Su hijo Óscar fue responsable del famoso Proyecto África, la primera red de academias en el extranjero en el Espanyol. La ceremonia se oficiará este sábado a las 12:30 en el Tanatorio de Sant Andreu (Barcelona). Descanse en paz.