Las Claves
- Roberto Fernández lidera el ataque del Espanyol con cuatro goles y un gran despliegue físico bajo las órdenes de Manolo González.
- El veterano Kike García aporta
A pesar de que no se medirán a los atacantes de mayor prestigio, distantes del brillo que poseen los principales astros de la Liga, los zagueros del Barça se sentirán presionados y tensos a lo largo del derbi barcelonés, el venidero 3 de enero, a causa del incansable esfuerzo del Espanyol.
Es posible que ponga a prueba la agilidad de su antiguo colega Joan Garcia con diversos lanzamientos, tal vez logre anotar, pero la meta principal de Roberto Fernández, de 23 años, es entregarse por completo en cada acción. El jugador de Puente Genil, referente en el ataque de un conjunto que se esfuerza al máximo, dio un impulso a los blanquiazules tras su incorporación a préstamo el pasado invierno, siendo esencial para la salvación, y en el actual ejercicio ha ratificado su peso en el sistema con cuatro tantos y, sobre todo, un gran despliegue físico.
Roberto, quien ha brillado desde su primer encuentro, comanda la presión en la zaga y Kike García mantiene ese esfuerzo a sus 36 años.
“Vine a poner mi granito de arena. Pase lo que pase llevaré al Espanyol en el corazón”, comentó el delantero a los aficionados, sosteniendo el micro, durante la celebración por la permanencia, en un momento en que ignoraba que la entidad lo contrataría en el periodo estival desembolsando 6,2 millones al Braga por la mitad de su propiedad. “Tenía ofertas, pero el único entrenador que me llamó fue Manolo”, aclaró después del regreso del entrenador, junto al cual se encuentra “superfeliz”: “Soy el jugador que soy por él”.
Manolo González cuenta con un atacante que lucha por cada esférico, hasta los más complicados. Se encarga de dificultar la progresión del oponente frente a un Espanyol sólido que casi no permite oportunidades. El inicio de todo es Roberto, referente para los seguidores tras su tanto inicial contra el Valladolid, con su identidad aclamada aquel 17 de enero.
Kike García celebra su gol al Celta con sus compañeros del Espanyol.
Cuando tiene la posesión, el delantero emplea su vigor buscando huecos o actuando de espaldas para arrancar la ofensiva, ahora con mayor serenidad, un requisito de Manolo González. “Me dice ‘nunca lo dejes porque te da mucho’. Me pide que compre boletos”, señaló a Mundo Deportivo respecto al hostigamiento y los continuos movimientos que le solicita el entrenador.
Roberto, quien ha disputado todos los compromisos de la Liga, es el dueño del puesto, habiendo partido desde el banquillo solo en cuatro jornadas ligueras, pero cuando pierde fuelle suele entrar en su lugar el incansable goleador. “Cuando salga él, lo va a dar todo, y cuando salga yo, igual. Tengo una relación de 10”, comentó con admiración el andaluz sobre su colega Kike García, un punta de rasgos parecidos y sumamente trabajador a sus 36 años. Mediante su diana contra el Celta, la quinta de la campaña, el futbolista de Motilla se erigió como el goleador de mayor edad del Espanyol en el presente siglo XXI. La contratación del veterano de Motilla del Palancar sin desembolso previo, dado que procedía libre del Alavés, está demostrando ser un gran éxito.
Roberto y Kike García representan a una escuadra aguerrida y la gran sorpresa de la Liga. El cuadro blanquiazul, situado en la quinta posición, lidera la estadística de distancia recorrida con la pelota, sumando 1.692, y ocupa el segundo puesto de la Liga, superado únicamente por el Real Madrid, en disparos por minuto durante la posesión (0,58). Estas cifras evidencian la ambición y el rendimiento del proyecto personal diseñado por Manolo González. El próximo desafío para un Espanyol en racha consiste en alcanzar una histórica sexta victoria consecutiva frente al Barça, objetivo que requiere mantener un esfuerzo físico incansable.
