El Real Madrid gana al Oviedo impulsado por Mbappé

Oviedo, 0 - Real Madrid, 3

El equipo asturiano protestó el primer gol de los blancos por entender que había falta previa de Tchouaméni

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 Kylian Mbappé marca el segundo gol del Madrid al Oviedo 

Juan Manuel Serrano Arce / Getty

Kylian Mbappé volvió a echarse el equipo al hombro y certificó con su buena actuación la victoria del Madrid, más abultada de lo merecido, porque el Oviedo plantó cara y estuvo cerca del empate hasta los últimos minutos. El Madrid abrió el partido como contra el Osasuna, con otro gol polémico muy protestado por el rival. 

Si ante el equipo navarro fue el penalti de Juan Cruz a Mbappé, en el nuevo Tartiere el Oviedo se quejó de falta previa en la recuperación de Tchouaméni sobre Dendoncker, origen de la asistencia de Güler a Mbappé que el francés aprovechó para marcar con un gran control orientado y un mejor golpeo de balón.

Jugó mejor el Madrid ante el Oviedo que frente al Osasuna aunque siguió con algunos de los mismos defectos, en especial la lentitud a la hora de mover el balón en el centro del campo.

Equipación rara

Camiseta blanca y pantalón negro

El Madrid que de entrada daba una imagen rara porque jugaba con camiseta blanca y pantalón negro por imposición de la Liga (su segunda y tercera equipación son de color azul) sacó una alineación sorpresa. La mayor de todas el ver a Vinícius en el banquillo, justo castigo a sus últimas prestaciones. La banda izquierda era para Rodrygo, al que se le vio bastante mejor que a su compatriota, y la derecha para Mastantuono.

Las otras novedades estaban en la defensa, donde Rüdiger sentó a Militão y Dani Carvajal a Alexander-Arnold, cambio este que estaba cantado porque el inglés no había aportado nada en los partidos en los que había salido de titular.

El once

Vinícius en el banquillo

El partido empezó con una ocasión del Oviedo que en el saque de centro estuvo a punto de sorprender a Courtois, pero fue un monólogo del Madrid como ya le ocurriera ante el Osasuna.

El Madrid encerró al Oviedo en su área, pero seguía espeso a la hora de encontrar una rendija en la tupida defensa montada por Paunovic. Rodrygo era el jugador más bullicioso, pero el Madrid tardó en encontrar ocasiones de gol aunque pidió un par de penaltis que quedaron en nada. Los blancos aumentaron la presión pasada la primera media hora y el gol empezó a rondar de verdad. En el 36 llegó una doble ocasión muy clara, en un remate primero de Rodrygo y luego de Arda Güler.

En el 37 vino la gran polémica del partido. Tchouaméni recuperó un balón tirándose con los dos pies por delante y tanto tocó balón como derribó a Dendoncker. Protestó el público del Tartiere pero la indignación fue ya mayúscula cuando en la continuación de la jugada Mbappé se fabricó su segundo gol de la temporada al sacar a relucir su calidad al aprovechar un gran pase de Güler.

La polémica

El Oviedo protestó falta de Tchouaméni

En la segunda parte el Oviedo cambió la defensa de cinco por una de cuatro, adelantó líneas y el Madrid vivió menos cómodo. Llegada la hora de juego Xabi Alonso decidió mover el árbol porque su equipo entraba en terreno peligroso porque ni se dedicaba a defender la corta renta ni iba a por el segundo gol.

En el 62 entraron Brahim por Mastantuono y Vinícius por Rodrygo, que en la segunda parte no había sido el mismo.

El Madrid creaba ahora peligro a la contra. Para el último cuarto de hora entró Gonzalo García, pero no salió Mbappe que por ahora es intocable, sino Arda Güler con lo que el Madrid perdía al mejor organizador que tenía sobre el terreno de juego. El Oviedo introdujo todos los cambios ofensivos que tenía a excepción del veterano Santi Cazorla.

La sentencia

Dos goles en los últimos minutos

El Madrid era ahora las correrías de Vinícius por la izquierda ante una defensa cansada y cada vez más desordenada por las prisas del Oviedo que llegaba por detrás en el marcador pero muy vivo a los minutos finales, un escenario parecido con el que se topó el Madrid ante el Osasuna.

En una de sus primeras internadas Vinícius vio amarilla por simular penalti de Dendoncker en el área. Pudo empatar el Oviedo con un remate al palo de Sibo en el 81, pero fue su canto del cisne porque en la siguiente jugada Vinícius robó el balón y asistió a Mbappé, que no perdonó el 0-2. El francés tapó la boca al brasileño en la celebración porque Vinícius se dirigía al colegiado. El propio jugador marcaría el 0-3 y ahora su celebración era tapándose el oído con un dedo y dirigiéndose a la grada, que minutos antes le había llamado tonto. Vinícius va de incendio en incendio.

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