El Real Madrid inició su andadura en la Champions con una victoria ante el Olympique de Marsella muy de su estilo. Desperdició un sinfín de ocasiones, remontó con dos goles de penalti marcados los dos por Mbappé, el segundo polémico porque las manos del defensor las tenía apoyadas en el suelo en posición natural, y todo cuando peor lo tenía porque jugaba ya en inferioridad por expulsión de Carvajal. Al final, apareció Courtois para evitar que los puntos volaran. Nada que no haya visto el Bernabéu, que disfruta con estas noches de locura y más si es en la Champions.
El partido estuvo marcado también por la suplencia de Vinícius, que de seguir así pronto dejará de ser noticia. Lo visto en Chamartín fue distinto a la temporada hasta ahora de los blancos. El equipo volvió a fabricar numerosas ocasiones de gol, pero concedió muchísimo en defensa, una fragilidad defensiva que hizo el partido entretenido y poco controlado.
EL OM
Muchos ex jugadores de la Liga española
El Olympique Marsella, que tiene una de las aficiones más violentas de Europa, cuyos hinchas provocaron disturbios en los aledaños del Bernabéu, se presentó con viejos conocidos de la liga española, como Aubameyang, Rulli, Greenwood o Kondogbia. Al igual que el Madrid, flaqueó en defensa y en la primera parte se salvó de ser goleado por un Madrid que jugó a ráfagas, demasiado individualista por parte de Mastantuono y de Rodrygo. Con todo, Rulli fue el mejor de los suyos y evitó tres goles claros en una primera parte en la que el Madrid remató a puerta 18 veces, una enormidad.
El partido empezó con un balón al palo de Mastantuono y la lesión de Alexander-Arnold, que se rompió en el minuto tres, algo muscular que tiene mala pinta. Entró Carvajal y el OM se sostuvo atrincherado hasta que pescó un gol en una contra en el 22, un error de Arda Güler, que se durmió ante Greenwood. El ex del Getafe abrió bien para Weah, que estuvo hábil y definió.
Los blancos empataron en el 28 en un claro penalti por zancadilla de Kondogbia a Rodrygo. Lo lanzó Mbappé. A partir de ahí, el Madrid volvió a meter al Marsella en su área. Las ocasiones se gol se sucedían y quedaban en nada por no estar precisos en el remate. El OM también tuvo su momento en otro error defensivo muy claro, en este caso de Militão, que se confió y Aubameyang perdonó el 1-2.
La segunda parte
Roja a Carvajal
La segunda parte empezó con otro remate de Mbappé al palo. El OM vivía otra vez muy encerrado en torno a Rulli. El gol se presentía porque el Madrid tocaba y tocaba sin acabar de encontrar el hueco para el último pase o el remate definitivo. El peligro para el Madrid era que al jugar tan volcado arriba se desprotegía mucho en el centro del campo y en defensa y vivía con el corazón en un puño cuando el OM tiraba alguna contra, lo que pasaba más de una vez.
A la hora de juego Alonso puso en acción a Vinícius y Brahim por Mastantuono y Rodrygo para dar más velocidad al ataque.
El partido se puso feo para el Madrid cuando en el 70 Carvajal se ganó una roja por empujar al portero cuando iban a sacar un córner. Una acción absurda del capitán. Xabi Alonso reaccionó quitando a Güler por Asencio, que vive últimamente cuando todo se pone desesperado.
Todo parecía en contra del Madrid, pero de nuevo los penaltis vinieron en ayuda del equipo blanco porque en el 80 el árbitro bosnio pitó uno polémico por manos de Facundo Medina, que estaba casi en el suelo con el brazo en posición natural. No lo entendió así el VAR. Marcó otra vez Mbappé para su primer doblete en esta Champions. Luego apareció Courtois, falló Greenwood un gol cantado y el Madrid se defendió con uñas y dientes para rascar una victoria otra vez con uno menos, como en Anoeta.
