Pequeño y terrícola, tenista en extinción

Tenis

Ya no quedan especialistas de una superficie concreta, confirma un estudio de tres investigadores catalanes

MUR04. EL PALMAR, (MURCIA), 12/10/2025.- La Carlos Alcaraz Academy, escuela tenística que dirige y gestiona desde hace 32 años el padre del número 1 de la ATP, da el salto internacional y se expande a Estados Unidos, Sudamérica y Australia. El jugador murciano, cuya imagen está muy presente en cada rincón de la academia que se encarga de la formación de jóvenes valores en la Real Sociedad Club de Campo de Murcia. EFE/Marcial Guillén

La Carlos Alcaraz Academy, escuela que dirige el padre del talento murciano en El Palmar, ha decidido expandirse a Estados Unidos, Sudamérica y Australia 

Marcial Guillen / EFE

–Tome el ranking del circuito ATP. Fíjese en los diez primeros. ¿Distingue a algún tenista pequeñito? –me pregunta Ernest Baiget.

Baiget es investigador del INEFC de Barcelona, un sabio del deporte y un sabio del tenis, y por eso entiendo que él mismo ya conoce la respuesta, pero le sigo el juego.

Abro la lista.

Alcaraz, Sinner, Zverev, Fritz, Djokovic, De Miñaur, Shelton, Musetti, Ruud y Auger-Aliassime, esos son los diez primeros y en ese orden.

Bien, Alcaraz, De Miñaur, Musetti y Ruud rondan el 1,85m.

No son gigantes, pero no son pequeñajos, desde luego no tienen una estatura estándar, se encuentran por encima de la media europea, que está en 1,80m.

(Del restante Top 10 ni hablamos: Zverev, Fritz y Shelton acarician los dos metros).

Así que le contesto:

–Hombre, pequeñajos, lo que se dice pequeñajos, no los hay.

Y ahora, Martí Casals, compañero en el INEFC, añade otra pregunta:

–¿Y cuál de ellos es especialista en una sola superficie?

El instinto me lleva a pensar en Ruud, supuesto terrícola, pero la estadística me desmiente, pues en el 2022, el noruego llegó a jugar una final del US Open, Grand Slam que se disputa en pista dura acrílica, de caucho, sílice y resina.

Así que respondo:

–No veo un especialista en una superficie específica.

Y así es.

Hoy, los mejores tenistas son más bien grandotes y se defienden en cualquier superficie.

La media de estatura del Top 10 mundial supera el 1,90m, y todos se defienden en todas las superficies

(...)

Aunque todo amante del tenis habrá advertido esta tendencia, Casals, Baiget y Pepus Daunis-i-Estadella, investigador de la Universitat de Girona, han querido plasmarlo en Court Surfaces: A Compositional Approach to Tennis Analytics (Superficies de juego: aproximación analítica del tenis), estudio que cofirman y han alumbrado en la revista científica Austrian Journal of Statistics.

Los tres analistas se han pasado horas y horas contemplando tenis, diseccionando a los tenistas, tomando notas en todas las superficies y en múltiples décadas y buceando en las bases de datos, sumergiéndose en la historia del circuito ATP, desde 1972 hasta septiembre del 2022, en un análisis que incluye a los 1.174 tenistas masculinos que, en esos cincuenta años, han aparecido alguna vez en el Top 100 mundial.

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–¿Y qué conclusiones sacan?

–Para empezar, que el nivel del juego ha crecido y cualquier profesional se maneja hoy a más velocidad y lanza golpes muy potentes desde cualquier zona de la pista –dice Baiget–. Antes, si se jugaba en tierra, se contemporizaba más. Y si era en hierba, tenistas como Becker o Stich se lo jugaban todo al saque y a la volea. Ahora, esos especialistas han desaparecido y el juego de Wimbledon y el de Roland Garros se parecen mucho más entre sí.

–¿Desde cuándo es así?

–A principios de esta década, tanto la ATP como la ITF (Federación Internacional de Tenis) advirtieron que en Wimbledon solo se veían saques, y que eso era poco atractivo y no beneficiaba al tenis, ¿sabe cómo lo solucionaron?

–¿...?

–Ordenaron rediseñar las bolas. Se lanzó una pelota más lenta para Wimbledon y una más rápida para Roland Garros.

–¿Y todo cambió?

–Bueno, fue un paso más en un proceso de estandarización –responde Casals–. En realidad, la forma de jugar se ha ido homogeneizando. Antes, la fase de tierra ocupaba mucho más espacio en el circuito. Ahora se reduce a tres meses. Terrícolas como Wilander, Bruguera, Courier o Chang podían liderar en el ranking basando su juego en los largos intercambios y la paciencia, un estilo físico de tenis. Con 17 años, Chang ganó Roland Garros manteniéndose pegado a la línea de fondo, corriendo y sin firmar golpes ganadores. ¡Eso hoy es imposible! Y en cuanto a las pistas rápidas y la hierba, Becker, Edberg o Sampras se centraban en volear, y de ahí ya no salían, y así también se iban aupando. Hoy ya no es así.

–¿Y cómo es hoy?

–Si tomamos todos los partidos en todas las superficies, ¿sabe cuál es la media de duración de una jugada? –me pregunta Baiget.

–¿...?

–Diez segundos. Y la media de golpes por jugada y jugador oscila entre uno y tres. Así es en el 60% de los puntos, incluida la tierra. Se juega igual en todas las superficies. Es decir: se tiende a acortar los intercambios y el servicio tiene una gran relevancia. Los mejores tenistas del mundo ganan el 90% de juegos en los que sirven. Si la pelota entra cuando sacan, teniendo en cuenta que golpean a velocidades extraordinarias, sus probabilidades de ganar el punto son infinitas. Antes el tenis era más de intercambio salvo en Wimbledon, donde había menos juego.

Con 17 años, Chang ganó Roland Garros desde la línea de fondo y sin lograr ‘winners’; eso hoy es imposible”

Ernest BaigetInvestigador del INEFC

–En Wimbledon, por ejemplo, los españoles solo jugaban para pasar el trámite –dice Casals–. Pero hoy no hay tantas diferencias entre superficies y todos van a todo. De hecho, si quieres tener un buen ranking debes defenderte en todas las superficies.

–Entonces, especialistas tan diferentes como John McEnroe o Boris Becker (rápida) o Ivan Lendl (tierra), ¿no tendrían opciones hoy? –les pregunto.

–Comparar épocas es un error –dice Casals–. En baloncesto, Jordan y LeBron James se mueven en parámetros diferentes. Lo que tenemos claro es que el mejor en una época lo sería en todas las épocas. Lendl o McEnroe se adaptarían al presente, como lo hizo Nadal. ¿O acaso el Nadal del 2022 jugaba al tenis igual que el del 2005? Con 16 años, Nadal no cerraba los puntos en la red y tampoco cuando servía. Pero al final ¡vaya si lo hacía! Los mejores interpretan hacia dónde evoluciona una disciplina y cómo deben transformarse para seguir siendo competitivos.

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