¿Y si tu máster no te sirve de nada?

Educación

Según algunos estudios, una proporción sorprendentemente elevada de cursos son una pérdida de dinero

The four multi-ethnic graduates walk out of the auditorium to meet their families after the graduation ceremony. They are glad to be done.

Jóvenes de EE.UU. Celebrando su graduación

SDI Productions / Getty

En los próximos meses millones de personas de todo el hemisferio norte intentarán matricularse en cursos de posgrado. La mayoría completará su titulación universitaria con un máster de uno o dos años, llevada por el convencimiento de que eso supondrá una ventaja en un mercado laboral atestado de licenciados.“La principal razón por la que la gente se saca esos títulos es la inseguridad”, considera Bob Shireman, de The Century Foundation, un grupo de reflexión de izquierdas radicado en Nueva York. “Preo­cupa que para conseguir un trabajo (o conservar el que ya se tiene) sea necesario tener un máster”. Sin embargo, por término medio, esas titulaciones proporcionan un aumento salarial mucho menor que el conseguido con un título de grado. Y un nuevo conjunto de datos y análisis indica que una fracción sorprendentemente elevada de los másteres dejan a los titulados en peor situación.

En Estados Unidos, cerca del 40% de los trabajadores con un grado poseen también algún título de posgrado. En el decenio hasta el 2021, el número de estudiantes de posgrado aumentó en ese país en un 9%, pese a al descenso del 15% en el número de licenciados. Los doctorados exigidos en la academia y los títulos profesionales largos como los que necesitan médicos y abogados son cada vez más populares. Sin embargo, los cursos de máster siguen representando el grueso del crecimiento. Son un negocio aun más abultado en el caso de las universidades británicas, que expiden cuatro títulos de posgrado por cada cinco de grado. En buena medida, la explicación reside en el auge de matriculados procedentes de lugares como la India y Nigeria. De todos modos, los británicos también han entrado en acción. El número anual de matriculados en cursos de máster ha aumentado alrededor de un 60% en 15 años.

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Desde el año 2000, el coste de los cursos de posgrado se ha más que triplicado en términos reales

Ese impulso se debe en parte a la exigencia por parte de los empleadores de unas cualificaciones más elevadas a medida que los trabajos (en ciencia y tecnología, en particular) se vuelven más complejos. Sin embargo, las universidades también están interesadas. En el Reino Unido, las tasas de las licenciaturas están limitadas por el gobierno y apenas han aumentado en una década. De modo que matricular a más posgraduados (a los que se les puede cobrar lo que permita el mercado) es una forma de hacer frente a la situación. La población estadounidense en edad universitaria pronto comenzará a disminuir. Los presidentes de las universidades de ese país confían en los clientes que se reenganchan para mantener a flote sus instituciones.

Desde el año 2000, el coste de los estudios de posgrado en Estados Unidos se ha más que triplicado en términos reales, según el Centro sobre Educación y Fuerza Laboral de la Universidad de Georgetown (EE.UU.). El prestatario medio contrae hoy una deuda de unos 50.000 dólares al completar su segundo título, frente a los 34.000 dólares de hace 20 años (en dólares del 2022). Casi la mitad del dinero que el gobierno estadounidense presta a los estudiantes va a parar a los posgraduados, pese a que sólo representan en torno al 17% de los estudiantes. En el Reino Unido, los estudiantes nacionales de máster pagaban unas 9.500 libras (11.500 euros) al año en el 2021, un 60% más que en el 2011 tras tener en cuenta la inflación.

Los estudiantes han asumido esas tasas en parte porque piensan que una titulación más prestigiosa suele aumentar los ingresos. “La obtención de un rendimiento económico no es la única razón para cursar estudios”, reconoce Beth Akers, del American Enterprise Institute, un centro de estudios de tendencia derechista. Sin embargo, “para la inmensa mayoría de los estudiantes... Esa es la meta”. A primera vista, se trata de una apuesta razonable. En EE.UU., los trabajadores a tiempo completo con una licenciatura ganan un 70% más que los titulados de secundaria. Y los que añaden un máster a su currículum pueden esperar un 18% adicional.

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Estudiantes durante una prueba de acceso a la universidad

Martí Gelabert

Ahora bien, los ingresos varían enormemente según la materia y la institución. Además, los posgraduados suelen proceder de familias más ricas y han obtenido en los estudios mejores notas universitarias que sus compañeros. Por lo general, les irá bien en la vida, al margen de las titulaciones adicionales. Para calcular los beneficios reales es necesario comparar los resultados de esa cohorte de buenos estudiantes con las personas igualmente brillantes que decidieron no seguir estudiando.

Visto desde esa perspectiva, el estudiante medio de máster no obtendrá más de 50.000 dólares adicionales a lo largo de su vida como resultado de su titulación, según calcula Preston Cooper, un analista que trabajó en FREOPP, un grupo de reflexión de Austin (Tejas). Cooper también tuvo en cuenta las tasas pagadas y los ingresos potenciales a los que se renunció durante los estudios. Peor aún, según su análisis, en cerca del 40% de los másteres estadounidenses los estudiantes matriculados no ganarán dinero adicional o sufrirán una pérdida económica. Se trata de un riesgo mayor que el incurrido con los cursos de licenciatura, que, a juicio de Cooper, proporcionan rendimientos positivos en torno al 75% de las ocasiones.

Dado que los datos estadounidenses son algo fragmentarios, llegar a conclusiones como esas supone basarse en una gran cantidad de conjeturas. Las cosas están un poco más claras en el Reino Unido, donde los investigadores que lo pidan debidamente pueden indagar en una base de datos que relaciona los historiales fiscales y los logros educativos de millones de jóvenes adultos. En el 2019, los analistas del Institute for Fiscal Studies, un grupo de reflexión de Londres, llegaron a la conclusión de que una quinta parte de los estudiantes universitarios estarían en mejor posición econó­mica si se saltaran por completo la universidad.

En cerca del 40% de los másteres estadounidenses los estudiantes matriculados no ganarán dinero adicional o sufrirán una pérdida económica

De modo más reciente, el instituto ha investigado el rendimiento de los cursos de máster, con resultados aun más sorprendentes. Ha descubierto que, a los 35 años, los poseedores de un máster no ganan más que los que solo tienen un grado (una vez tenidos en cuenta los orígenes más acomodados y los mayores logros previos). Semejante hallazgo fue “algo muy asombroso”, afirma Jack Britton, uno de los autores del estudio. La conclusión también difería notablemente de investigaciones anteriores, que utilizaban datos menos detallados.

A ambos lados del Atlántico, la elección de la materia es el principal factor individual que determina si un máster aumenta los ingresos. En Estados Unidos, los rendimientos son especialmente grandes en informática e ingeniería. Son algo menores en otras materias de ciencias, tecnología y matemáticas; en parte, porque un título universitario en esas disciplinas ya aumenta mucho los salarios. Los profesores que cuentan con títulos de posgrado en educación tienden a ganar más (aunque los salarios de la profesión en su conjunto son bastante bajos), porque muchos distritos escolares suben automáticamente el sueldo de quienes los poseen.

Más llamativos son los grandes rendimientos negativos en algunas materias. Los británicos que obtienen un máster en política ganan un 10% menos a mediados de la treintena que sus compañeros que han cursado lo mismo sólo hasta el nivel de grado. En historia, el golpe a los ingresos ronda el 20%; en el caso de inglés, se acerca al 30%. Muchas de las personas que siguen esos cursos se orientan hacia carreras que saben que reportarán pocos ingresos, pero con las que creen que disfrutarán, explica Britton. Otros cursan estudios avanzados porque aún no han decidido qué profesión seguir. Quizás no debería sorprender que esas personas tiendan a ganar menos a medio plazo que sus compañeros que han pasado directamente de los cursos de licenciatura a los puestos de trabajo.

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