Este mercado no vive de unas pocas obras que se venden en subastas por cantidades millonarias. Aunque son las que ocupan más titulares en los medios de comunicación, los datos de Artprice nos dicen que el 91% de las obras que se adjudicaron en los primeros seis meses del 2024 no pasaban de los 10.000 dólares. Un segmento ahora mismo en crecimiento que más que dobla su valor en el último decenio. Pero el análisis de las 10 obras más caras vendidas este año en subasta es un buen indicativo de lo que ha sucedido los últimos doce meses, donde ha habido momentos de récords deslumbrantes y otros de calma chicha. Sabemos que en tiempos de crisis las grandes obras son reacias a salir a subasta por temor a no conseguir los precios esperados. Si sus propietarios pueden, esperan días mejores. Este año no ha habido grandes colecciones de un solo propietario como en los anteriores, catapultando precios récord uno tras otro. Solo tres obras han superado los 50 millones de dólares, mientras que en el 2023 fueron seis y en el 2022, diecinueve. En valor, estas 10 obras de arte más caras del 2024 ascendieron a 512,6 millones, disminuyendo un 22% respecto al año anterior (660 millones) y un 53% respecto al 2022, cuando se llegó a los 1.100 millones. Otros tiempos.
Solo tres obras han superado los 50 millones de dólares; en el 2023 fueron seis
La palma se la llevó el fabuloso René Magritte L’empire des lumières de 1954 que se adjudicó en Christie’s Nueva York por 121,1 millones, marcando nuevo récord del artista. Al poco supimos que lo había comprado Ken Griffin, uno de los inversores americanos más ricos del planeta. Detrás, un gran Ed Ruscha de 1964, Standard Station, por el que se pagaron 68,2 millones. Le siguieron unas Nymphéas de 1914-1917 de Monet por 65,5 millones, Untitled (Elmar) de 1982 de Basquiat por 46,5 millones, unas vistosas flores de Warhol de 1964 por 35,5 millones y un par de Van Gogh y un Rothko de 1954 que superaron los 30 millones cada uno. Y no nos olvidemos del Klimt que Im Kinsky de Viena logró vender por 32 millones, una excepción, ya que las obras referidas se vendieron mayoritariamente en Nueva York y Londres, y en Christie’s y Sotheby’s, confirmando el duopolio de estas dos casas, siguiendo la tónica de otros años, en que además todas las obras fueron pinturas de artistas varones blancos. Cambian los artistas y las obras, pero aún no las tendencias.