El presidente de estados Unidos, Donald Trump, no reconoce el cambio climático y, entre otros tratados que también rechaza, el último es el Acuerdo de París. Se trata de n acuerdo adoptado por un conjunto de países para que consigan que el aumento de la temperatura no esté por encima de 1,5 grados del nivel que tuvimos en la era preindustrial. Funciona en un período de cinco años. El hidrógeno renovable necesario de los países firmantes del acuerdo tratan de conseguirlo de forma intensa y sería una e las mejores soluciones para luchar contra el cambio climático. Evidentemente, se trata de conseguir nuevas energías renovables que no aumente la emisión del carbono en sus distintas aplicaciones, desde la movilización hasta la combustión de residuos urbanos.
En este sentido, Repsol ha anunciado la producción de hidrógeno renovable tomando el biometano como materia prima, es decir, a partir de residuos urbanos. En su planta industrial de Cartagena se están cumpliendo ya los objetivos del Acuerdo de París. Se han producido hasta 10 toneladas de hidrógeno renovable (que no castiga el medio ambiente) y Repsol desarrolla otras materias capaces de generar valor. Se trata de oportunidades bajas en carbono, como la captura, el almacenamiento y la producción de hidrógeno renovable. Son las herramientas de la transmisión energética.
En menos de cinco años ha puesto en marcha 2.800 MW de energías renovables y en 2019 fue la primera empresa de su sector en producir carbono para alcanzar en el año 2050 los niveles del Acuerdo de París.
La bolsa no pasa por alto esos avances. La acción de Repsol cotizaba en torno a 5 euros en la sesión de febrero 2020 y las perspectivas parecen favorables.
El consejo de administración de Repsol aprobó el pasado 29 de enero invertir 800 millones de euros en la Eco-planta de Tarragona, un proyecto pionero en Europa para generar metanol renovable. La planta transformará residuos urbanos en metanol renovable que descarbonizará el transporte y generará productos circulares.
La compañía naviera danesa Maersk también planteó hace dos años el propósito de descarbonizar su flota mundial, compuesta por más de 700 buques de carga. Aparentemente, el país con más oportunidades para realizar el gigantesco proyecto era España. Los candidatos aumentaron rápidamente, pero la decisión final estaba todavía pendiente al cerrar el mes de febrero de este 2025.