Cajas de ahorros, más necesarias que nunca

Opinión

Cajas de ahorros, más necesarias que nunca
Isidro Fainé
Vicepresidente de la Racef

Hace 100 años que 6.400 cajas de ahorros y bancos minoristas nos agrupamos en el World Savings and Retail Banking Institute (WSBI) para aprender, innovar y mejorar juntos en el servicio a nuestros más de 1.700 millones de clientes en 69 países. Y nuestra identidad sigue siendo nuestra mejor ventaja, competitiva por visión, misión, valores y cultura.

Nuestra visión es progresar hacia un mundo donde la inclusión financiera sea una realidad y cada persona en cualquier lugar tenga acceso a los servicios bancarios para mejorar su calidad de vida.

Nuestra misión consiste en que esos servicios sean accesibles, justos, responsables y adaptados a las necesidades cotidianas de nuestros clientes, con la calidad y la prudencia como banderas. Lo lograremos con arraigo en cada comunidad, empatía con sus ciudadanos, integridad, justicia y transparencia, que adaptaremos con innovación a las necesidades del presente y del futuro.

Para ello, contamos con tres atributos básicos, nuestras 3 R: la de ‘retail’, compromiso con el cliente; la de ‘regional’, compromiso con el territorio, y la de ‘responsable’, de compromiso con la sociedad. Esa es nuestra responsabilidad social corporativa y está en el ADN de la WSBI.

No estamos en el negocio de vender productos financieros, sino en el de mejorar el día a día de la gente. Es ese propósito el que nos hace singulares en un mercado donde la competencia es feroz. La cercanía nos proporciona solidez y duración en las relaciones, sin renunciar a la tecnología puntera que distingue –como dijo Steve Jobs– a un líder, de un seguidor.

Esos valores, ya centenarios y al tiempo cargados de futuro, son la palanca más poderosa para motivarnos, porque al servirlos, nuestros equipos se sienten implicados en una misión con un sentido colectivo. Comparten con nuestros directivos los tres principios del buen liderazgo: ejemplaridad, rectitud de intención y vocación de servicio para lograr la excelencia operativa.

Nos propulsamos con ella hacia el futuro desde cuatro pilares: el primero es la inclusión financiera y social al brindar financiación también a los más vulnerables, que no son atendidos por la banca convencional, y manteniendo redes amplias que incluyan áreas remotas.

El segundo es la digitalización y la innovación con la inteligencia artificial, además de la ciberseguridad y los canales digitales. El tercero, contribuir a la sostenibilidad medioambiental. Y el cuarto pilar, la responsabilidad social y el impacto global para seguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. El apoyo a los jóvenes, la promoción de la educación, el empoderamiento de la mujer y la atención a los ancianos complementan nuestros pilares.

Permítanme enfatizar la importancia de tender la mano a los más jóvenes y promover su educación y desarrollo y muy especialmente en edades tempranas. Los niños de hoy son los jóvenes de mañana. Ellos conforman el colectivo más vulnerable y desprotegido de nuestra sociedad y nuestro compromiso es férreo en este sentido.

Estos son los valores, objetivos y reflexiones que he compartido como presidente del WSBI en su último congreso, como vicepresidente con los académicos de la Real Academia de Ciencias Económicas y financieras (Racef) y ahora con ustedes como conciudadanos. Admito que son ambiciosos, pero también quiero pensar, como los clásicos, que “lo que depende de nosotros es siempre alcanzable”.

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