La escasez de profesionales tecnológicos sigue siendo un problema lejos de resolverse. Las empresas llevan años afrontando dificultades para fichar y retener a trabajadores cualificados. El problema es global: recorre de Londres a Silicon Valley y de Shenzen a Barcelona. La tecnología avanza a un ritmo tan rápido, y se adentra en cada vez más ámbitos de la economía, que los esfuerzos en formación digital son insuficientes.
Una buena estrategia de talento puede ayudar a posicionar las ciudades como polos tecnológicos
“La falta de talento es el principal cuello de botella del sector tecnológico”, constata Pere Vallès, consejero delegado de la startup Exoticca, que emplea más de 520 personas en Barcelona. Admite que a la empresa le faltan manos, que el negocio podría crecer más si encontrara talento disponible y que el poco que encuentra es en 100% en remoto.
“Es un reto atraer talento bueno y motivado”, afirma en la misma línea Ricard Guillem, fundador de Cafler, una startup con más de un centenar de empleados. “O les convence el proyecto o es muy difícil retenerlos solo pagando el salario de mercado”, añade el emprendedor.
Uno de los principales indicadores que demuestran como este problema se ha enquistado es la tensión entre las ofertas de trabajo publicadas y los profesionales disponibles para ocuparlas. Según el informe Digital Talent Overview 2024 , la ratio en Barcelona es del 1/14, es decir: una oferta de trabajo publicada en el sector digital tiene 14 empleados disponibles por ocuparla. Es una cifra muy baja si se compara con la media del mercado laboral, que se sitúa en 1/70. En otras ciudades, el panorama es aún más desalentador. En Londres, por ejemplo, la ratio es de 1/3, en Ámsterdam del 1/7 y en Milán del 1/10. De hecho, Barcelona (y también Madrid) se encuentran algo mejor que la media europea, situada en 1/12.
Más del 60% de las empresas de telecomunicaciones y TIC necesitarán recapacitar o mejorar las capacidades digitales de sus trabajadores
Desde hace años, sector público y privado trabajan para intentar que el mercado no esté tan tensionado impulsando la formación en tecnología. Y los esfuerzos han empezado a dar sus frutos. De hecho, los datos de Barcelona reflejan que la tensión se ha reducido ligeramente, ya que en el 2023 la ratio era algo peor, del 1/12, frente a la 1/14 actual. En la misma línea, una encuesta presentada esta semana por parte de CaixaBank y Barcelona Global asegura que el 25% delas scale-ups (startups de alto crecimiento) con sede en Barcelona considera que es un reto encontrar talento, mientras que hace cuatro años el porcentaje era del 34%.
Trabajadores privilegiados
La elevada demanda de profesionales digitales es un problema para las empresas pero supone un privilegio para los trabajadores. Cobran sueldos elevados y tienen al alcance un extenso catálogo de condiciones laborales que son la envidia de cualquiera. Los programadores, o expertos en inteligencia artificial, no solo tienen flexibilidad para hacer teletrabajo, también cuotas de gimnasio gratis o días indefinidos de vacaciones. La lista es larga. Como las empresas están desesperadas por retenerlos, tienen que tirar de inventiva para convencerlos. En cuestión de sueldos, este colectivo cobra una media anual de 47.771 euros en Barcelona, un 35% más respecto a la media de la población de la ciudad, que es de 35.000 euros anuales. Por especialidades, el informe Digital Talent Overview 2024 asegura que hay diferencias significativas: mientras que un especialista en ciberseguridad cobra una media de 57.200 euros al año o un experto en inteligencia artificial gana 54.600, un experto en marketing digital gana unos 36.200 euros al año y un desarrollador de aplicaciones, 44.900 euros. La ley de la oferta y la demanda es la que manda. Los salarios de Barcelona pueden resultar elevados en la propia ciudad pero en absoluto lo son si se comparan con los de otros competidores europeos, como Zurich, Copenhage, Londres o Berlín (véase gráfico). Respecto a otras ciudades españolas, Barcelona es donde los trabajadores tecnológicos cobran un salario más elevado. Le siguen por este orden Madrid, Zaragoza, Valencia, Sevilla y Bilbao. Estas cifras han ido en aumento en los últimos años, impulsadas por la inflación y también por la pandemia del coronavirus.
En los últimos años han surgido muchas iniciativas, como grados universitarios especializados en Inteligencia Artificial, programas de recapacitación digital para desempleados o programas intensivos ( bootcamp) que en tres meses permiten convertir al trabajador en un programador. Pero la tensión sigue estando ahí. “Hemos detectado que el núcleo del problema está en despertar vocaciones entre los más jóvenes, porque en general el sistema educativo sí que está preparado para asumir más alumnos, ya sea en grados de formación profesional o en grados universitarios”, asegura Jordi Arrufí, responsable de talento de la fundación Mobile World Capital, que elabora anualmente el informe Digital Talent Overview .
Como ya se ha dicho en múltiples ocasiones, es necesario y urgente despertar estas vocaciones entre mujeres. Según el informe, ellas representan el 19% del total del empleo en el sector TIC en Europa. En ciudades como Barcelona, París o Londres el porcentaje mejora y se sitúa en el 30%, pero sigue muy lejos de la equidad.
El despertar de vocaciones STEM entre las mujeres ayudaría a resolver gran parte del problema de escasez
Desde la UPC, la principal universidad catalana en formación de profesionales tecnológicos, el rector Daniel Crespo sostiene que los cambios son lentos porque requieren nuevos valores sociales y culturales. En este sentido, se muestra relativamente optimista. “En seis años, hemos conseguido que las mujeres matriculadas en carreras STEM pase del 25 al 31,9%. Y eso ha sido gracias a campañas de concienciación que rompen los estereotipos y reflejan como la tecnología puede ser atractiva y tener un impacto social elevado”, comenta.
Por cada oferta de trabajo que se publica en el sector digital, solo hay 14 profesionales disponibles en Barcelona, cuando la ratio habitual es 1/70
Crespo señala que la solución al problema de la escasez de talento también pasa por aumentar plazas disponibles en la universidad. “Para el curso 2026-2027, hemos conseguido un aumento del 10%. Es positivo pero resulta insuficiente. Un 40% de los alumnos a los que les gustaría estudiar en la UPC se quedan fuera”, indica. De forma paralela, la universidad ha impulsado el programa Connèxia, que acerca el alumnado a empresas –como Fractus, Mecalux o Schneider– que buscan incorporar talento joven.
“Estamos en contacto directo con el sector empresarial y somos conscientes de su preocupación. También hemos puesto en marcha formación de grados y másteres alineados con necesidades de la industria, como es el caso de la estrategia de microchips con un máster de microelectrónica”, comenta Crespo.
Un total de 9,8 millones de personas trabajan en el sector TIC en Europa (900.000 en España), un aumento del 59% en los últimos diez años
Más allá de los grados, otra de las fórmulas para mejorar la escasez de talento está en la recapacitación o reskilling de profesionales. “En Barcelona han surgido en los últimos años cursos de formación para colectivos de desempleados pero estos cursos también son igual o más importantes dentro de la empresa”, comenta Arrufí. Según el informe Future of Jobs Report 2025 , elaborado por el Foro Económico Mundial, el reskilling de aptitudes digitales estará al orden del día en los próximos años. Según este informe publicado en enero, más del 60% de la fuerza laboral de empresas del sector de las telecomunicaciones (63%) y de las TIC (62%) necesitarán aplicar programas de reskilling o upskilling (mejorar capacidades digitales) a sus trabajadores en el horizonte del año 2030. “Es un problema estructural, que requiere mucho esfuerzo por parte de todos los actores implicados, también del propio trabajador”, comenta Arrufí.
Solo tres de cada diez trabajadores del sector digital son mujeres en las principales ciudades europeas, como París, Londres o Barcelona
Además, el acceso a profesionales cualificados puede ser una estrategia para posicionar las ciudades como hubs tecnológicos. “Seguir apostando por políticas de formación y vocación de profesionales puede ayudar a mejorar la marca de la ciudad de Barcelona”, sostiene el directivo. De hecho, Arrufí asegura que prueba de que estos esfuerzos están dando sus frutos es que las multinacionales que aterrizan en Barcelona para abrir un hub digital eligen la ciudad por su capacidad de formar y atraer talento tecnológico antes de por sus costes asequibles.