Ajustando expectativas

Mercado del arte

Había muchas expectativas de recuperación en las subastas de Londres de la semana pasada, pero los resultados apuntaron a que este mercado aún no se anima. El 2024 fue un año difícil, de bajada en las ventas, especialmente en el primer semestre. En el segundo, hubo ventas remarcables y todo parecía indicar que las subastas de Nueva York de diciembre marcarían el punto de inflexión de la tan deseada recuperación. Pero el mercado sigue lento, poco achispado, y hay mucha incertidumbre dadas las decisiones geopolíticas y económicas que toma el presidente Donald Trump.

La  pintura de Yoshitomo Nara (Japón, 1959) superó los  9 millones de libras en la subasta  de Sotheby’s  de Londres

La pintura de Yoshitomo Nara (Japón, 1959) superó los 9 millones de libras en la subasta de Sotheby’s de Londres

Sotheby's

Los resultados de Sotheby’s, Christie’s y Phillips confirmaron que, en el mercado actual, ajustar las expectativas de los precios es tan importante para el éxito de las ventas como seleccionar cuidadosamente la calidad de las obras y presentarlas estratégicamente. Las evening sales de las tres grandes casas alcanzaron los 208 millones de libras. En absoluto un mal resultado, pero que hace aterrizar las perspectivas de algunos profesionales demasiado optimistas, entre otras razones, por algunos lotes que se retiraron en el último momento, como un fabuloso Richter abstracto de 1995 que salía por 5 millones. Pero hubo buenas ventas, como el Yoshitomo Nara del 2005, Cosmic eyes (in the Milky lake), que Sotheby’s adjudicó por algo más de 9 millones, o una pintura de Banksy con una historia bien singular que alcanzó los 4,3 millones. En Christie’s, la suma de los resultados de los distintos días fue más abultada: casi doblaron las ventas totales de la semana de su archirrival. En parte, por la inclusión de muchas obras de ultracontemporáneo que ahora mismo tienen una fuerte demanda en el mercado, es decir, obras de artistas que en el mercado primario de las galerías son prácticamente inaccesibles por haber largas listas de espera, pero que las casas de subastas consiguen de coleccionistas que en su día compraron y hoy están dispuestas a venderlas por una buena cantidad. Pero también porque hubo otras ventas remarcables, como un Modigliani que llegó a los 6,2 millones o un Bacon que recién venía de la maravillosa exposición de la National Portrait Gallery y que se adjudicó en 6,6 millones. En conjunto, resultados más que aceptables en un momento que tanto este mercado como el mundo parecen que están embarrancados en la incertidumbre.

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