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La conquista silenciosa de bonÀrea

Empresas

El grupo agroalimentario con sede en Guissona, presidido por Jaume Alsina, refuerza su despliegue fuera de Catalunya con guiño al mundo rural

Tienda bonÀrea en el barrio del Eixample 

Andrea Martínez

Entre los empresarios de la Catalunya interior ha hecho fortuna una frase que concentra su idiosincrasia: “trabajamos más que hablamos”. Sin hacer ruido y teniendo aún menos exposición pública, algunos han levantado imperios agroalimentarios milmillonarios y han entrado en las listas de los más ricos del país. El crecimiento del grupo bonÀrea obedece a esta manera de actuar tan propia de la zona.

Con una actividad en constante evolución y sin alardeos, se ha convertido en la compañía catalana que más factura en el sector –2.720 millones en el 2023– y en la única con grandes planes de despliegue en el resto de España. Esta misma semana ha alcanzado las 600 tiendas con la inauguración de un establecimiento en el municipio aragonés de Pedrola (3.766 habitantes), comunidad donde tiene uno de sus principales focos de expansión.

Abrió su primera tienda en 1995 y acaba de llegar a los 600 comercios esta semana

Fundada hace 66 años por Jaume Alsina, actual presidente, junto a un grupo de personas en Guissona (Segarra), la cooperativa nació como productora y elaboradora de carne. En 1995 decidió sumar a su estructura el último eslabón de la cadena alimentaria: el comercio. Estaban convencidos, señalan desde el grupo, de que podían prescindir de intermediarios.

Así que en abril de ese año abrían su primera tienda, entonces bajo la marca Àrea de Guissona, en la calle Cáceres de Barcelona, frente al mercado de Sants. El establecimiento vendía exclusivamente productos cárnicos que elaboraban en la planta de la Segarra. Nacía así su modelo de integración vertical, con el que controlan desde la recogida del cereal, la fabricación de piensos, la cría de animales, y la transformación de los productos hasta su venta final al consumidor. Esta manera de trabajar les ha permitido situarse en el segmento de supermercados de precio competitivo.

La mitad de sus 600 establecimientos están ubicados en municipios rurales

Un año después de la primera apertura ya habían alcanzado los 30 supermercados. Poco a poco y de forma discreta, han ido sumando puntos de venta, hasta llegar a los 600 actuales. Para todo el 2025 prevén 40 nuevos comercios que van extendiendo a lo largo de la geografía española en forma de mancha de aceite. 

Catalunya sigue siendo su principal zona de actividad, con la macro planta productiva y logística de Guissona –en sus mataderos se sacrifican unos 200.000 animales al día– y 451 tiendas. Pero en Aragón cuentan ya con 89 establecimientos, mientras que la Comunitat Valenciana se ha convertido en el tercer territorio con más presencia–ver gráfico–. Hay, sin embargo, mucho más. Sus tiendas han llegado a Navarra, La Rioja, Castilla-La Mancha y Madrid, donde tienen ambiciosos planes de expansión.

Es el único distribuidor catalán con grandes planes de expansión en toda España

La macro planta que están construyendo en Épila (Zaragoza) desde el 2019 les permitirá afrontar este crecimiento que impulsan por todo el país y mantener su forma de trabajar: con aprovisionamiento diario desde la fábrica a cada una de sus tiendas.

Pero su estrategia difiere de la mayoría de grupos de distribución. Primero, porque compran cada uno de los locales en los que instalan las tiendas. Una manera de asegurarse las mejores localizaciones para un largo periodo y generar patrimonio, afirman fuentes de bonÀrea. Segundo, porque todas ellas son franquicias. Y tercero, por su apuesta por el campo.

 Está presidido por Jaume Alsina y su hijo, Ramon Alsina, ejerce de consejero delegado

“Trabajamos para seguir creciendo de manera sostenible, manteniendo siempre el vínculo con nuestro origen rural”, afirma Teresa Alsina, directora de tiendas de bonÀrea. Como resultado, el 50% de establecimientos están en poblaciones rurales o del interior, allí donde otros distribuidores no pensarían nunca abrir. Quince de las tiendas inauguradas el año pasado se encuentran además en municipios de menos de 10.000 habitantes.

Son los pilares sobre los que bonÀrea sustenta esa conquista silenciosa del mercado español.

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