La inteligencia artificial (IA) ya es una realidad en el ecosistema sanitario. El 44% de los consejeros delegados de empresas de sanidad globales encuestados por Deloitte en su último informe Global Healthcare Outlook señalaba que ya registran mejoras de eficiencia en la organización gracias a su aplicación. De hecho, cuatro de cada cinco sostiene que la IA puede suponer una revolución para sus organizaciones. “La gran barrera es cambiar las formas de trabajo. Vamos a necesitar la colaboración de todos los actores del sector porque este cambio no se va a producir bajo un decreto, sino de abajo a arriba”, aseguró el socio director de Life Sciences & Healthcare de Deloitte en España, Iñaki Moreno, en el 31º encuentro sanitario organizado por el IESE el pasado miércoles. Con representantes de hospitales, aseguradoras, farmacéuticas y centros de I+D, la reunión fue un mosaico de las posibilidades que ya hoy en día ofrece la IA.
El 44% de los encuestados por Deloitte considera que sus organizaciones ya se benefician de mejoras de productividad gracias a la introducción de la inteligencia artificial
El sector farmacéutico es uno de los que más rápida ha abrazado el cambio, con impacto en varios niveles: la investigación preclínica y clínica, pero también en los nuevos procesos industriales. El jefe de descubrimiento, desarrollo de producto y suministro de Johnson & Johnson, Richard Tyllier, explicó que la irrupción de la IA ha permitido crear herramientas nunca vistas para entender el funcionamiento de las enfermedades. “La combinación de los datos de los pacientes con los datos del mundo real nos está permitiendo entender mucho mejor los mecanismos de muchas afecciones”, explicó. De esta forma, se pueden crear candidatos de fármacos mucho más precisos entre los millones de posibilidades. “Estamos creando moléculas que antes simplemente eran imposible”, apuntó.
Otro ejemplo claro de revolución en la industria es en el campo de los ensayos clínicos. Las farmacéuticas suelen buscar a pacientes que cumplan unas características determinadas para alcanzar sus objetivos. Sin embargo, uno de los principales retos cuando se empieza un estudio es el tiempo que se tarda en seleccionar a los candidatos. “Con las nuevas herramientas basadas en inteligencia artificial estamos encontrando que ensayos en los que tardaríamos un año en seleccionar a los pacientes adecuados lo hacemos en un mes”, sostuvo. De esta manera, se aceleran los plazos de desarrollo antes de llegar al mercado.
Iomed estima que entre el 65% y el 85% de los datos del mundo real están desestructurados
Los cambios que introduce la IA también se empiezan a ver en la producción de los nuevos medicamentos. Estas terapias muchas veces requieren una atención casi artesanal, muy personalizada para los pacientes, a diferencia de los fármacos de amplio espectro que se producen de forma industrial. “Cuando trabajamos con terapia celular, primero extraemos células del paciente, introducimos el compuesto, y las aplicamos al paciente”, relató. Para cada tratamiento de un paciente, se necesita un mes y 14 personas. “Ahora estamos a punto de reducir los plazos de manera notable y pasar a necesitar únicamente a tres personas”, apuntó. La compañía está diseñando una nueva generación de robots que modifica el proceso para simplificarlo y acelerar los tiempos.
El impacto de la IA también está cambiando a los hospitales. El director del Tel Aviv Sourasky Medical Center, Ronni Gamzu, puso en el centro de la revolución a los centros médicos. “Representan el 50% del sector. No se puede avanzar sin ellos”, analizó. Gamzu es un experto en modernizar organizaciones sanitarias y tuvo un papel destacado durante la crisis de la covid como el coordinador sanitario de Israel. “Un hospital es caótico. El primer paso para transformar una organización es admitirlo”, apuntó. La clave su estrategia es pensar en el hospital o centro médico como un hub de innovación. En su opinión, los médicos suelen ser los más reticentes porque consideran que nadie mejor que ellos saben qué necesita un paciente. “Cuando un doctor visita a un paciente, tiene 20 indicadores que debe tener en cuenta. Es imposible que con apenas unos minutos pueda digerir toda la información”, comentó.
El 81% de los encuestados sostiene que la IA tiene el potencial de ser una revolución para sus organizaciones
El director de radiodiagnóstico del Hospital de Sant Pau, Josep Munuera del Cerro, explicó como la IA está mejorando la eficiencia de la unidad médica. “Hemos pasado de tener seis máquina de resonancia magnética a cuatro porque vamos más rápido. El algoritmo funciona como un copiloto que nos facilitar encontrar lesiones. No sólo las que estamos buscando, sino otras que pueden estar allí y no lo pensábamos”, aseguró. Munuera del Cerro destacó la utilidad de esta tecnología en el servicio de urgencias. “Entra un paciente a las tres de la mañana y no dispones del especialista, pero puedes empezar a diagnosticar”, comentó.
Johnson & Johnson dice que la IA ha reducido a un mes el tiempo para encontrar pacientes para un ensayo
La base de la IA son los datos. Sin embargo, para perfeccionar los algoritmos, los investigadores prefieren obtener datos del día a día frente a los que se puedan obtener en una investigación “Los datos reales son muy importantes porque permiten buscar patrones que con los clínicos no obtendrías, pero están sucios. Necesitas filtrarlos para poder trabajar con ellos”, explicó el consejero delegado de Iomed, Rohit Mistry. El directivo de la startup catalana especializada en almacenar y estandarizar información explica que entre un 65% y un 85% de los datos del mundo real están desestructurados. “En los expedientes médicos, se puede ver claramente”, ilustró. Para el directivo del Hospital de Sant Pau, también es necesario organizar los datos. “Tener muchos datos acaba colapsando a toma de decisiones. Tenemos que empezar a discutir cómo medimos el su impacto real”, afirmó.