Ruido. Titulares. Sin permiso de nadie. Trump ha lanzado sus nuevos aranceles como si fueran fuegos artificiales. La rueda de prensa de esta semana ha sido una puesta en escena similar a la encerrona a Zelenski. Estas son mis condiciones y a partir de ahora y tú las vas a aceptar, te guste o no.
Trump comete un error importante. No estamos en el siglo XIX. El comercio mundial no alcanzaba entonces ni el 5% del PIB mundial. En la actualidad, las exportaciones e importaciones superan el 60% del producto total del mundo. Y Estados Unidos representa sólo ya aproximadamente un 10% de este pastel.
Lo que está haciendo Trump es dar la excusa perfecta al resto del mundo para seguir adelante… sin él.

El presidente de EEUU, Donald Trump
Veamos las reacciones bilaterales. La Unión Europea y China: ambos han manifestado su intención de aliviar tensiones comerciales y explorar oportunidades de colaboración. La Unión Europea está en conversaciones con Latinoamérica para diversificar sus relaciones comerciales y reducir la dependencia del mercado estadounidense. Si bien, de momento, México y Canadá parecen estar ganando tiempo y están parcialmente exentos de los nuevos aranceles de Estados Unidos, están ya en conversaciones para reactivar rutas comerciales atlánticas. Es decir, que mientras la Administración Trump adopta sus políticas proteccionistas, el resto de las naciones ya está diversificando a través de una revisión de sus relaciones comerciales. Porque la globalización no es Estados Unidos, no nos equivoquemos. La globalización ya no depende de un player , por muy importante que sea este.
Trump cree que el mundo gira en torno a sus aranceles. Y es cierto que, en un inicio y durante unos meses, va a desestabilizar la economía mundial y está introduciendo lo que más daño hace al crecimiento económico: la incertidumbre. A corto plazo, Trump va a sacudir el mundo. Pero que nadie se equivoque. Las rutas mundiales y la globalización de las finanzas y la logística permiten que, al igual que la Unión Europea reestructuró en pocos meses toda la cadena de suministro de gas cuando empezó la guerra entre Rusia y Ucrania, cada país va a reestructurar y redirigir su política de exportaciones e importaciones. Y este resto de naciones son nada más y nada menos que el 90% del comercio mundial. Estados Unidos es, desde hace años, solo uno más. Es líder económico mundial, pero, con la excepción de algunos productos o tecnologías muy concretas, no es ya estrictamente necesario.
Trump olvida una variable de la ecuación: que el mundo puede girar sin Estados Unidos. Y lo más irónico: lo hará comerciando más, no menos.
Sin ruido. Sin titulares. Y sin su permiso.