Las grandes operaciones aguardan su momento

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Las fusiones y adquisiciones de empresas se ralentizan a la espera de tiempos menos inciertos

Los mercados buscan su rumbo: ¿preparados para nuevas aventuras?

Air Europa

La familia Hidalgo quiere vender parte de su 80% en Air Europa

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En el mundo de las fusiones y adquisiciones, no todo es la opa del BBVA sobre Banc Sabadell. A diario se analizan decenas de operaciones de tamaño y complejidad muy diferentes en las que, según los expertos consultados, pueden detectarse al menos algunas tendencias generales. La primera es que los planes de fusiones y adquisiciones tienden a paralizarse a la espera de que se disipe la incertidumbre provocada por el golpe arancelario y la incertidumbre internacional. La segunda, que de nuevo la actividad va por barrios y que la defensa y el inmobiliario son ahora los sectores de moda.

En los cuatro primeros meses del año, según los cálculos de TTR Data, se han producido 931 operaciones de fusiones y adquisiciones de empresas en España por un importe conjunto de 22.850 millones de euros. Son cifras abultadas, pero informan en realidad de una ralentización. El número de operaciones ha caído un 20% y el importe lo ha hecho un 18% con respecto a los niveles de hace un año, a pesar de que el año estaba reservado para un repunte de actividad.

Las bajadas de tipos animan la actividad, pero los aranceles y las tensiones geopolíticas siembran dudas

“Las operaciones se están ralentizando, frente a la expectativa inicial de que el 2025 pudiera ser un año bueno o muy bueno”, indica Francisco Boada, socio de Corporate Finance de KPMG en España. La incertidumbre provocada por los aranceles de la Administración Trump, las tensiones geopolíticas en Ucrania e Oriente Medio o los “marcos políticos menos estables” en Europa contribuyen desde su punto de vista a dificultar el entorno. El sentimiento actual podría calificarse de “cautela general”.

Firmas como PitchBook constatan también una menor actividad en las operaciones protagonizadas por fondos de capital riesgo o venture capital , a pesar de que no dejan de captar recursos para levantar vehículos de inversión.

Las compras de compañías han caído un 20%, aunque la previsión es que se recuperen

A eso se suman algunas particularidades regionales detectadas por la propia TTR. Las adquisiciones de inversores estadounidenses en España han retrocedido hasta abril un 42%, en lo que parece “un cambio en el patrón de asignación de capital ante las tensiones geopolíticas y la revisión regulatoria transfronteriza”.

El descenso en las operaciones, explica la analista de TTR Marcela Chacón, responde a “una confluencia de factores macroeconómicos y sectoriales”. Pone el ejemplo de algunos sectores como el de la tecnología, en el que las operaciones han retrocedido un 45% pese al interés que genera entre los inversores. Esta tendencia muestra “una desaceleración del apetito inversor por activos con alto componente de riesgo en un entorno de creciente volatilidad financiera”.

Dentro de las grandes operaciones, hay algunas que no acaban de concretarse, empezando por la que mayor atención ha generado en los últimos meses: la opa del BBVA sobre Banc Sabadell. El fondo estadounidense Platinum tiene en venta el grupo de servicios Urbaser por cerca de 5.000 millones, mientras que otra firma de capital riesgo del mismo país, Carlyle, prepara una operación, incluida la posible venta, en torno a Codorníu. La familia Hidalgo sigue buscando comprador para una parte de Air Europa y compañías como Cirsa, Tendam o Astara han congelado o renunciado a sus planes de salida a bolsa.

Los sectores de defensa e inmobiliario son los que despiertan más interés

Boada advierte de que “muchas operaciones se van alargando en el tiempo y algunas acaban en una situación de limbo”. Los compradores, afirma, “a menudo necesitan más margen”, pese a haber “mucho apetito” por sectores como los relacionados con el cuidado de la salud o la tecnología. Hay ámbitos del mercado que parecen más a salvo, como el de las empresas de tamaño algo más pequeño, las conocidas como middle market . También se mantiene el interés por entrar en el capital de empresas familiares.

En términos sectoriales, el de Defensa es el que genera las mayores expectativas, con la atención puesta en empresas como Indra. “Está entrando en una fase especialmente dinámica”, indica María Pilar García Guijarro, socia de Watson Farley & Williams, en alusión a este negocio. Hay inversores “estratégicos” en busca de “empresas nicho con propiedad intelectual especializada o tecnologías de uso dual”. El “escrutinio regulatorio”, a menudo vinculado a las reticencias en torno a operaciones transfronterizas en el sector de defensa, “sigue siendo un factor clave”, añade.

Entre las fusiones y adquisiciones también se incluyen las compras de activos inmobiliarios. Hoteles, residencias y oficinas siguen nutriendo un negocio que no decae pese a las elevadas valoraciones. El sector inmobiliario ha atraído 204 operaciones entre enero y abril, lo que le convierte en el más dinámico. El número de operaciones es muy parecido al de un año antes, y eso ya supone un avance cuando la mayor parte de los sectores registra retrocesos.

La actividad se ha reducido, pero muchas operaciones siguen sobre la mesa. Desde TTR esperan para los próximos meses “una recuperación gradual” condicionada por aspectos como la evolución de la situación geopolítica. Las bajadas de tipos del BCE abaratan de nuevo el crédito y deberían facilitar los movimientos. A eso se suma el interés de los fondos de capital riesgo que, tras cerca de cinco años de recorrido en una empresa, tienen la necesidad de vender el activo para darle el pase.

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