Las bajas laborales fraudulentas se han convertido en un auténtico quebradero de cabeza no solo para los empresarios, sino también para la Administración. Algunos casos son tan evidentes que hasta cualquier hijo de vecino puede darse cuenta de este tipo de situaciones de engaño: un conocido se toma algo en una terraza mientras cobra por incapacidad laboral, alegando sufrir una condición médica que obviamente ha exagerado ante el facultativo.
Otros, por su parte, pueden haber tenido conflictos con su empleador, y evitan enfrentarse a esa situación con una baja por “ansiedad”, utilizando ese tiempo realizando cursos o formaciones, lo que pone en duda la legitimidad de la baja.
Arantza Busto, en 'La Roca'.
Una práctica que cada vez está generando más malestar y desconfianza entre los empresarios y trabajadores, que ya no se fían incluso cuando los verdaderamente enfermos presentan síntomas graves.
Es por eso que desde las empresas cada vez se está optando más por contratar a detectives privados para verificar la baja laboral de sus trabajadores. Un tema que involucra diversas consideraciones legales en el contexto normativo español, pero que es lícito siempre que haya sospechas fundadas de fraude y se respeten los límites legales en términos de seguridad privada y protección de datos personales.
Estas bajas laborales fraudulentas o “bajaciones” están en el punto de mira. Actualmente, se calcula que hasta el 20% de esas pausas son un fraude. Arantza Busto, detective, cuenta en La Roca que más de la mitad de sus servicios profesionales ya se dedican a estas funciones.
“Cuando un empresario tiene sospechas fundadas, nos aseguramos de que tiene un interés legítimo y comienza la investigación”, afirma. Busto explica que este trabajo es, básicamente, “hacer seguimiento y vigilancia” al trabajador de baja, “para luego reflejar lo que la realidad nos muestra” y poder hacer un informe que “se convierta en prueba que pueda ser utilizada”.
Arantza Busto, en 'La Roca'.
La experta asegura que esto es más fácil de lo que puede parecer, pues los trabajadores que intentan defraudar no son los más inteligentes. “El caso más flagrante es cuando una persona solicita una incapacidad temporal y, obviamente, está trabajando en otra cosa y cobrando ilegalmente, habiendo alegado un daño físico y normalmente incompatible con ese daño”, explica. “Normalmente, las personas no se cuidan mucho, afortunadamente para nosotros”.
Sectores con más fraude: transporte y hostelería
Como explica Busto, pillar a estos trabajadores es sencillo también porque suelen cumplir con un cierto perfil: son personas que solicitan bajas de manera recurrente y, aunque ahora las empresas no tienen por qué saber los motivos de las bajas, las comentan a viva voz. “Hay personas que cogen las bajas de forma profesional. Es muy recurrente, las bajas son largas, coinciden con el fin de semana… No todos los trabajadores cometen fraude, pero cada vez hay más casos”, señala Busto.
Los sectores donde más fraude se comente por bajas son el transporte y la hostelería. Sin embargo, la detective avisa: no es lo mismo solicitar una baja médica que el absentismo. “Nosotros al segundo día ya nos vamos a dar cuenta de si hay fraude o no. A veces no hay indicios, se mete un informe y ya está; pero alrededor de un 80% hay indicios de fraude”, asegura.
Arantza Busto, en 'La Roca'.
El aumento de las bajas laborales solo ha hecho que incrementar el gasto público en prestaciones por incapacidad temporal. La Administración ha reforzado el control sobre estas bajas, incrementando la periodicidad de las revisiones médicas y el número de informes por parte de las empresas para evitar estos posibles fraudes.
En caso de confirmarse el fraude, el empleado puede enfrentarse a duras consecuencias que van desde la suspensión de empleo y sueldo a la rescisión del contrato laboral.
