El BBVA tiene una interpretación de la ley de Defensa de la Competencia en la que cualquier condición que le imponga al banco el Consejo de Ministros la semana que viene en su opa por el Sabadell puede activar el frente jurídico, por pequeño que sea el cambio. Es una advertencia en toda regla al Gobierno a pocos días de que se resuelva el frente más sensible para la opa, que es el político.
En una entrevista con Onda Cero, el presidente del banco, Carlos Torres, marcó territorio jurídico. “Nuestra interpretación de la ley es que el Gobierno solo puede mantener o suavizar las condiciones”, afirmó. “Viendo el preámbulo y los antecedentes”, es el escenario que, a juicio de sus abogados, establece la norma.
Carlos Torres critica el plan del Sabadell de vender TSB, pero asegura que no detendrá la oferta
Al hablar de antecedentes, se refería a la operación entre Atresmedia y La Sexta, en la que intervino el Gobierno de Mariano Rajoy para relajar las condiciones de Competencia. Es la única ocasión en la que se ha llegado a esta fase tres tras un dictamen del regulador desde que esta ley está en vigor, en el 2007. Con la norma anterior, sí que hubo sonados casos de rechazo del Gobierno a operaciones de concentración, incluida la de Endesa con Iberdrola.
El comentario de Torres incide en un debate jurídico abierto. Hay distintas interpretaciones y cierto consenso en que el Gobierno sí puede poner condiciones. Lo que no puede hacer es prohibir la concentración. “No puede impedir la opa, lo que incluye no poder impedirla de facto”, puntualizó Torres, para precisar que condiciones demasiado exigentes equivaldrían a denegarla.
El recurso se interpondría ante el Tribunal Supremo y todas las opciones son posibles. “Esta vía siempre existe”, al igual que otras. Podría darse el caso, señaló, de que el BBVA acepte las condiciones mientras las recurre ante los tribunales. El banco insiste en que “es muy importante que se respete la voluntad del dueño”, esto es, de los accionistas del Sabadell.
Este frente es ahora el principal en la relación con el Gobierno. Ya quedó atrás la consulta pública sobre la opa. Torres desveló que el banco ha tenido acceso a los resultados, en los que se aprecia un número “poco elevado” de respuestas y, en su “inmensa mayoría”, sin que se identifiquen elementos que afecten al interés general.
Fuentes del Ministerio de Economía confirman que se ha informado al BBVA sobre el resultado de la consulta “porque son parte interesada y solicitaron tener acceso a los datos”. Se les proporcionó la información sobre esa base, “pero para su conocimiento”.
Otro frente, en este caso abierto con el Sabadell, es el de la filial británica TSB. El banco catalán ha anunciado a la CNMV haber recibido “indicaciones de interés preliminares” por este negocio y no descarta convocar una junta general de accionistas durante el periodo de aceptación de la opa para analizar una posible venta. Podría elevar su excedente de capital en 2.000 millones, importe suficiente para duplicar el dividendo.
Por lo pronto, Torres recordó que la opa está reflejada en acciones del BBVA y que en ella se tiene en cuenta el valor “bastante elevado” de la filial británica. Es una forma de decir que, en caso de que se materialice la venta de TSB, sería necesario descontarlo del canje propuesto, como ya se ha hecho con los dividendos repartidos por el Sabadell. Sin embargo, sostuvo que este movimiento no echa por tierra la operación.
“Tenemos poca información sobre estas ofertas que, aparentemente, ha recibido el Sabadell sobre su filial británica”, aseguró. “No vemos que esto vaya a tener ninguna incidencia en la opa”.
Una de las dudas tiene que ver con el deber de pasividad al que la ley obliga al Sabadell. Si Torres espera que se cumpla “escrupulosamente”, el propio Sabadell ha especificado ante la CNMV que cualquier operación se ceñirá a lo que establece la norma. El artículo 28 de la ley de opas del 2007 permite estas operaciones si es con el visto bueno de la junta de accionistas, sin impedir su materialización durante el periodo de aceptación de la oferta. “No me parece que sea el momento idóneo para acometer un proceso de venta de un activo tan relevante”, añadió Torres.