El gigante tecnológico Xiaomi ha alcanzado nuevos máximos históricos en bolsa tras conseguir el hito de las 200.000 reservas en apenas 3 minutos para su nuevo eléctrico YU7, mejor de lo esperado por los analistas. Las solicitudes se abrieron este jueves y una hora después de iniciarse el plazo había logrado 289.000 reservas, según la cifra actualizada por la compañía.
El precio de salida del YU7, un SUV, es de 253.500 yuanes, o 30.200 euros al cambio actual. Tiene una autonomía de 760 kilómetros y llega a los 100 km/h en 3,23 segundos. “Es una locura. En dos minutos, recibimos un total de 196.000 pedidos anticipados, 128.000 de los cuales eran firmes y no reembolsables”, ha valorado el fundador y consejero delegado, Lei Jun. Los interesados deben pagar al menos 5.000 yuanes en depósito, unos 600 euros. “Podríamos estar presenciando algo fenomenal para la industria automotriz china”, ha añadido Jun.
El tirón en las reservas ha valido un máximo en bolsa, con las acciones trepando un 3,6% este viernes en Hong Kong. En lo que va de año han subido el 70% y han más que triplicado su valor en un año.
Xiaomi, tradicionalmente asociada a los teléfonos móviles y dispositivos inteligentes, ha apostado por diversificar su negocio con la entrada en el competitivo sector de los vehículos eléctricos, dominado en China por marcas como BYD o Tesla, con el foco puesto en competir con su Model Y. Tras el debut el año pasado de su sedán SU7, con más de 250.000 unidades vendidas hasta mayo, la compañía busca consolidar su nueva división automotriz, que prevé que sea rentable antes de fin de año, una de las marcas que más rápido lo consigue en la historia. “La demanda debería permitir a Xioami seguir consolidando su liderazgo en el mercado automotor premium chino”, comentan desde Goldman Sachs.

Presentación del YU7, el pasado mayo
El entusiasmo ha chocado pese a todo con algunos obstáculos. El nuevo modelo viene con sus sistemas de conducción asistida. Pero un accidente de un Xiaomi SU7 con tres estudiantes fallecidos el pasado marzo levantó muchas dudas sobre estas opciones. El coche circulaba en modo de conducción asistida, frenando el interés del público por las funciones de conducción inteligente.