La presidenta del Santander, Ana Botín, asegura que la compra al Sabadell del banco británico TSB permitirá diversificar el negocio y acelerar la rentabilidad para los accionistas. Es una operación que ha sido bien recibida por el mercado y que Botín ve merecedora de “celebración”.
“El acuerdo es estratégicamente importante para nosotros porque ayuda a nuestra diversificación y nos permite ser más competitivos para los clientes en Reino Unido y, muy importante, aportar más rentabilidad antes de tiempo para los accionistas”, afirma en una entrevista con The Sunday Times.
En la entrevista, asegura que el banco “pensará seriamente” la posibilidad de conservar la marca TSB, que “tiene mucho valor”. “No todo tiene que convertirse en Santander”, afirma.
También adelanta su deseo de llevar Openbank a Reino Unido. Desplegada este año en Estados Unidos, este banco digital es “el modelo para cambiar el Santander”, afirma Botín. Ya está presente en otros países como Alemania, México, Portugal y Países Bajos, además de España.
Al justificar la operación en Reino Unido, explica que el país ofrece “un mayor equilibrio entre un sistema financiero muy seguro y un mayor crecimiento”. “Reino Unido es probablemente uno de los más estables y fuertes en términos de instituciones, bancos centrales y estado de derecho”.
El Santander, que lleva más de veinte años en Reino Unido, defiende las sinergias de la operación, cifradas en cerca de 400 millones de libras. “Habrá eficiencias y no todas ellas afectarán a las sucursales o a los empleados”, asegura.
Sucursales y empleados
TSB tiene unos 5.000 empleados y 175 sucursales, frente a las 350 del Santander, que anunció hace meses un plan de recorte de plantilla para 750 personas en el país. Hay analistas que cifran en 100 las sucursales que cerrará el banco británico.
Botín no ofrece detalles sobre posibles recortes de plantilla y asegura que el banco está “orientado a conseguir los números de la forma adecuada”, en “un balance entre hacer lo correcto para las personas”.