Art Monte-Carlo

Mercado del arte

La temporada de ferias previas al verano llega a su fin, al tiempo que se activan las galerías en puntos de veraneo de los coleccionistas. Con mucha vista, Art Monte-Carlo quiere ser un foco en la temporada estival que active tanto a coleccionistas como todos los resortes artísticos del principado. Tras la novena edición, que tuvo lugar la semana pasada en el Forum Grimaldi, supimos que la feria se incorpora al grupo Informa Prestige, lo que aumentará su relevancia dentro del sector del lujo. Acogió a una treintena de galerías de moderno y contemporáneo de renombre internacional, en un ambiente elegante y una escenografía cuidada hasta el máximo detalle. Incluida una exclusiva cena al lado del Picasso o el Magritte que exponía Van de Weghe, los exquisitos Fontana de Cortesi y de Robilant+Voena, o el sugerente Anish Kapoor de Kamel Mennour. Algunas de las galerías participantes tienen ya espacio en la ciudad, como Almine Rech, que abrió hace poco más de un año, sumándose a Hauser & Wirth, Moretti u Opera Gallery, buscando complicidades con esa clientela adinerada que no participa del circuito clásico de ferias.

La feria ofreció una cena de coleccionistas que permitía compartir manteles al lado de obras de Picasso, Calder o Magritte

La feria ofreció una cena de coleccionistas que permitía compartir manteles al lado de obras de Picasso, Calder o Magritte 

LV

Y es que la concentración de riqueza de Mónaco lo hace muy atractivo. Andrea Gofre, la directora de la Art Week, me comentaba estos días que con la llegada de Art Monte-Carlo se habían impulsado una serie de resortes culturales que estaban cambiando el panorama artístico. Y a decir verdad, entre tanta construcción y tiendas de lujo, hay pequeñas joyas escondidas. Me refiero a una impecablemente comisariada exposición en la Direction des Affaires Culturelles que, bajo en nombre de Tomorrow the ocean y con obras de una veintena de artistas de primer nivel, hace una profunda reflexión sobre el futuro de los océanos. O una delicada muestra sobre los primeros años que Coco Chanel pasó en la Riviera Francesa, enlazando con las influencias artísticas de su círculo más íntimo, como el polifacético Jean Coc­teau, la artista Sonia Delaunay o la bailarina rusa Ol- ga Khokhlova, pareja de Pablo Picasso. Todo aderezado con fotografías y vestidos suyos de la época. O una muestra extraordinaria sobre el color con obras del fondo del Centre Pompidou de París, que en unas semanas cierra durante cinco años para ser reformado. Perlas que la feria pone en valor para que coleccionistas y amantes del arte puedan complementar su experiencia en este paraíso que es la Costa Azul.

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