Aunque el acuerdo comercial entre la UE y EE.UU. no sea especialmente favorable para Europa, al menos clarifica el escenario y permite a las empresas europeas evaluar la situación y afrontar, o no, decisiones de inversión postergadas por la zozobra.
A pesar de todas las incertidumbres vividas durante el año, las bolsas estadounidenses acaban el curso en niveles máximos históricos, y las bolsas europeas han tenido un buen desempeño, especialmente el Ibex.

Trump, en una imagen a finales de julio
Durante el mes de agosto varios son los frentes que pueden producir turbulencias en los mercados financieros:
–La fecha límite para alcanzar un acuerdo comercial entre China y EE.UU. finaliza el 12 de agosto. Aunque se espera una extensión adicional, serán necesarias concesiones en tecnología por parte de EE.UU. y en tierras raras por parte de China para conseguir dicha prórroga.
–Trump ha dado un ultimátum a Putin, con vencimiento el 8 de agosto, para iniciar conversaciones de paz. En caso de no hacerlo, Trump amenaza con imponer un arancel del 100% a quien importe productos rusos, especialmente crudo, siendo China e India los países más afectados. Rusia considera dicha posibilidad una declaración de guerra.
–Japón provocó el pasado agosto caídas del 20% en el Nikkei en apenas tres días, con repercusión en los mercados financieros globales. Fue un “aviso a navegantes” de los riesgos de subidas de tipos en Japón, de la apreciación del yen, de los inversores deshaciendo posiciones en yenes (carry trade) y de la repatriación de inversiones internacionales por parte de los inversores japoneses. Japón es el primer inversor a nivel global, con 4,7 billones de dólares en bonos, acciones y fondos a cierre del 2024.
Los riesgos de corto plazo invitan a la prudencia durante agosto.