La naviera Baleària, con sede en Dénia desde 1998, ha acordado adquirir las operaciones principales del grupo Armas Trasmediterránea, un movimiento que espera la aprobación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), un trabajo que podría dilatarse seis meses para analizar si habrá concentración en rutas clave. La operación incluye hacerse con 15 buques, 1.500 empleados y rutas esenciales en Canarias, el mar de Alborán y parte del estrecho de Gibraltar.
En un sector donde cinco grupos controlan el 80% del tráfico marítimo regular, esta adquisición busca reforzar la presencia española en un mercado que genera miles de empleos y mueve miles de millones de euros al año. Con una flota de más de 30 buques y una facturación de casi 700 millones de euros en el 2024, Baleària ganaría escala para competir con operadores como, por ejemplo, el danés DFDS, que adquirió otra parte del grupo Armas en el Estrecho, la italiana Grimaldi, que ya se quedó con el negocio balear de Trasmediterránea, o MSC, que mediante su filial de ferris GNV tiene gran peso en el Mediterráneo. Adolfo Utor, presidente de Baleària, señala que el acuerdo pretende “garantizar la estabilidad de los servicios marítimos y el empleo, en un contexto de cohesión territorial”.
Las rutas de interés público, subvencionadas por el Estado, son cruciales para el abastecimiento de Canarias y las ciudades autónomas del norte de África, que dependen del transporte marítimo para su comercio. La integración de 1.500 trabajadores del grupo Armas mantendría la continuidad laboral en un mercado sensible a crisis económicas. En Canarias, donde el transporte marítimo impulsa la logística de bienes esenciales, el movimiento interinsular de ciudadanos y parte del turismo, con más de 15 millones de visitantes anuales, la operación podría beneficiar la economía regional, según estimaciones sectoriales.
Cinco grupos controlan el 80% del tráfico marítimo regular; entre ellas, Grimaldi
La naviera compradora ha invertido más de 200 millones de euros en los últimos cinco años para modernizar su flota, que ya tiene el 40% de sus buques equipados con motores a GNL o gas natural licuado, sistemas híbridos o de propulsión eléctrica, que reducen sus emisiones en un 30% frente a los diésel tradicionales, lo que aumenta los costes operativos en un 10%, aunque alineándose con el Green Deal europeo, que exige neutralidad climática para el 2050.
Estas mejoras, junto con sistemas digitales de reservas, atraerían a inversores interesados en criterios ESG ( environmental, social and governance ). Sin embargo, la CNMC evaluará hasta primeros del 2026 si la operación genera monopolios, pues las tarifas han subido un 15% en la última década por la concentración del mercado. Por otro lado, integrar 15 buques implica optimizar costes, con ahorros estimados del 20% mediante optimización de rutas y mantenimiento unificado. En un contexto europeo donde el transporte marítimo representa el 1,5% del PIB español, esta operación, donde la naviera más joven compra activos de dos históricas fundadas en 1917 y 1941, posiciona a Baleària como un actor relevante, aunque se enfrenta a esperables retos logísticos y regulatorios.
Baleària facturó 700 millones en el 2024
El crecimiento podría facilitar futuras expansiones partiendo de una flota próxima a medio centenar de buques o incluso una salida a bolsa. Si se aprueba la adquisición, Baleària consolidará su rol en las conexiones marítimas nacionales y fortalecerá la marina mercante española frente a los gigantes globales.