En contraste con el modelo tradicional de un único centro de trabajo para todos los empleados, la creciente demanda de soluciones híbridas —que combinan la presencialidad con el trabajo remoto— está impulsando el negocio de los espacios flexibles. En este contexto, sobresale el grupo británico International Workplace Group (IWG), que opera más de 4.000 espacios en 120 países. La compañía, líder del sector, continúa su expansión con un ambicioso plan de aperturas, entre las que destaca el nuevo centro Spaces Barceloneta.
El centro albergará más de 2.000 startups, sumándose así a la red de 16 centros que IWG opera en el área metropolitana bajo las marcas Spaces, Regus y HG. Asimismo, este mes tiene previsto inaugurar el centro más grande de IWG en España, que se ubicará frente al estadio del Real Madrid. “En Catalunya, tenemos una fuerte presencia en Barcelona y sus alrededores, pero vamos a expandirnos hacia otras zonas como Girona y más localidades de la costa e interior. En general, España es una gran prioridad para la empresa. Este año crecemos un 30%, pero el año que viene esperamos crecer todavía más”, afirma Mark Dixon, fundador y director ejecutivo de IWG.

Edificio que alberga el espacio flexible de IWG en la Barceloneta
Las nuevas aperturas de la empresa se enmarcan en un mercado en plena transformación, donde el trabajo flexible gana terreno. “Creo que los empresarios ya tienen suficientes problemas como para tener que ocuparse de crear espacios; lo que quieren es que sea algo fácil”, explica Dixon, que fundó el grupo en un momento en el que la presencialidad era la norma.
IWG planea expandirse en Catalunya más allá de la ciudad de Barcelona y sus alrededores
“Hoy en día las empresas alquilan sus flotas de camiones, contratan personal temporal a través de empresas como Manpower o Adecco. Y pensé que esto podía hacerse también con oficinas listas para usar de forma flexible”, dilucida el emprendedor. En la actualidad, aquel negocio que fundó en 1989 se ha convertido en una multinacional que opera bajo distintas marcas y que cuenta con más de un millón de oficinas en todo el mundo que utilizan nueve millones de personas.
Dixon se muestra convencido de que la tecnología impulsaría los espacios flexibles en algún momento. La pandemia dio un empuje al trabajo en remoto, aunque más tarde volvió a decaer en muchas empresas. Algunas de ellas decidieron optar al final por la adopción de este modelo híbrido que “amplía las posibilidades de contratación”, sobre todo de aquellas con dificultades para encontrar talento. “Además, las empresas a menudo quieren poder contratar personas en diferentes ubicaciones”, agrega.
No obstante, hay compañías que se muestran reacias a implementar este modelo en auge. Según una encuesta de la escuela de negocios EADA publicada en el 2024, un tercio de las compañías (34%) son reacias al teletrabajo, reduciéndolo o eliminándolo, siendo la fórmula híbrida –con uno o dos días de teletrabajo a la semana– la más popular.
El sector estima que en el 2030 casi un tercio de los inmuebles comerciales serán de trabajo flexible
“El motivo por el que se resisten al trabajo flexible es que muchas no lo conocen o no lo entienden, o bien simplemente rechazan los cambios. Recuerdo cuando llegó el correo electrónico por primera vez, muchas empresas aseguraron que no lo usarían. ‘Ya tenemos máquinas de escribir, correo postal, fax, no necesitamos email’, decían”, comenta Dixon, que añade que “el trabajo flexible es algo útil para la mayoría de las empresas y acabarán usándolo, quizá no para todos los empleados, pero sí para algunos”.
Un argumento es que permite a las compañías ahorrar unos 10.000 euros de media por empleado. Y estimaciones del sector apuntan a que en el 2030 casi un tercio de los inmuebles comerciales serán de trabajo flexible. Un negocio con el que IWG logró ingresos récord de 2.200 millones de dólares –1.880 millones de euros– en el primer semestre, un 2% más .