Los ajustes en el motor alemán se profundizan. La americana Ford y la firma de componentes Bosch son las últimas en sumarse al listado. Los fabricantes y proveedores se ven afectados por la caída de la demanda global, el aumento de los costes, la competencia china y, más recientemente, el aumento de los aranceles estadounidenses.
Ford ha anunciado este martes el recorte de otros 1.000 empleos en Alemania, que se suman a las 2.900 salidas que fijó a finales del 2024 que se completarán para el 2027. Se darán en su fábrica de Colonia. Argumenta la decisión en una demanda de coches eléctricos “significativamente” menor a la estimada por el sector en Europa. La planta fabrica una versión eléctrica del Explorer, y la intención es que la cifra se cubra en lo posible con salidas voluntarias.
Además de las salidas, se dará una reducción en la producción. La planta quedará con una plantilla de unas 7.600 personas con los recortes, calcula Bild. Es menos de la mitad que hace una década.
Por su parte, Bosch también opta por los ajustes. El mayor proveedor europeo del motor se sumerge en un programa de recortes con el que pretende un ahorro anual de 2.500 millones de euros. En las medidas se incluirán recortes de empleo, que se anunciarán en el futuro a los sindicatos. Bosch ya había propuesto unas 8.000 salidas en el último año.
El grupo cita condiciones de mercado “aún más difíciles”, retrasos en la movilidad eléctrica y la conducción autónoma, así como “precios muy elevados y presiones competitivas en la industria automotriz mundial”, según un comunicado de prensa. La empresa quiere cerrar la brecha de costes “lo antes posible”. Apunta que la menor demanda ha provocado un exceso de capacidad y una disminución en la necesidad de personal.