Proquinat: ceras para la industria
Mundo empresarial
La compañía factura 10,5 millones de euros con la producción de ceras y parafinas que comercializa a empresas industriales
Joan Camacho, fundador y propietario del negocio, en la fábrica de Òrrius
Joan Camacho trabajaba como director comercial en el grupo Repsol hasta que llegó la crisis del petróleo en los años noventa y se quedó sin trabajo.
Sin embargo, aquella pérdida fue en realidad una gran oportunidad. Camacho decidió aprovechar su conocimiento para fundar su propia empresa. El trabajo consistía en hacer lo mismo de siempre, vender ceras y parafinas industriales.
Fue en el año 1995 cuando abrió la persiana de su pequeña oficina en Badalona. Empezó a distribuir los productos a fabricantes de adhesivos, de velas, de papel, de productos de depilación... y, al cabo de tres años, dio un salto adelante con la apertura de una fábrica en Fornells de la Selva. “El negocio ganó más tamaño y a mediados de los 2000 empezamos a exportar a países vecinos, como Francia, Italia y Portugal”, apunta el propietario y director general.
La empresa emplea a 16 personas en su fábrica de Òrrius, desde la cual vende a países europeos y norteafricanos
Con el tiempo, Proquinat se abrió al mercado norteafricano, a países como Marruecos, Argelia y Egipto, y en el 2020, a pesar de la pandemia, decidió invertir en una nueva fábrica en Òrrius (Maresme) porque los centros de Badalona y Fornells se habían quedado pequeños.
“Nos trasladamos a mediados de 2021, con la fortuna de superar la pandemia porque disponíamos de mucho stock en los almacenes. El servicio siempre ha sido nuestro punto diferencial respecto a grandes multinacionales de nuestro sector”, recuerda.
En esta nueva planta, de 4.000 m2, la compañía también ha invertido en maquinaria y mejora de la seguridad. “Estamos agilizando la operativa y este año vamos a facturar 12 millones de euros, frente a los 10,5 millones de euros del año anterior”, comenta el propietario. Con 16 personas en plantilla, Camacho asegura que su ebitda (beneficio bruto) se sitúa en alrededor de 1 millón de euros al año.
El negocio consiste en la producción de una cincuentena de familias de productos: parafinas, cera de abejas, ceras vegetales, cera de carnauba y ceras microcristalinas. “Importamos la materia prima de China aunque recientemente estamos apostando por países europeos que producen ceras vegetales. Con la pandemia nos dimos cuenta de la importancia de tener cerca a los proveedores”, detalla el empresario.
Camacho mira hacia el futuro con la tranquilidad de mantener el negocio bajo su control. Ha recibido ofertas de potenciales compradores y de socios inversores. “Ha habido cantos de sirena, pero siempre los he rechazado”, concluye.