Patricia Such (Huesca, 1975) estuvo al frente del equipo de Seat que en el arranque de la pandemia construyó 700 respiradores con un motor de ventanilla de coche. Ahora, la directora de operaciones de la empresa se hace cargo de la dirección de la nueva Fundación Seat/Cupra, que nace con el espíritu de institucionalizar aquella relación entre la empresa y la sociedad que eclosionó con la covid.
“Hemos empezado por Barcelona, puesto que es la ciudad que nos vio nacer”
¿Por qué Seat ha tardado 75 años en tener una fundación?
La verdad es que la fundación Seat/Cupra es un proyecto que se viene gestando desde hace mucho tiempo. De alguna manera y de una manera natural hemos ido colaborando con la sociedad en diferentes proyectos, pero nunca de una manera ordenada. Y finalmente, bajo el paraguas de una fundación, podremos hacer proyectos ordenados que tengan una finalidad realista y real.
¿Cuándo empieza ese proceso?
Nos dimos cuenta, especialmente durante la pandemia, cuando nos pusimos a hacer los respiradores, también ayudamos a vacunar a casi todos los barrios de Barcelona más deprimidos. Aquí Casa Seat se transformó en un centro de vacunación. Nos fuimos a las Islas Baleares a vacunar. Entonces, toda esta relación público-privada nos dimos cuenta que realmente tenía mucha cabida y empezamos a trabajar en el desarrollo de la fundación como tal. Y hoy ya podemos presentarla en sociedad.
¿Qué dotación presupuestaria tiene?
Como acabamos de nacer, los números exactos no los podremos dar hasta final de año, porque van sumándose. Sí que es cierto que todos los proyectos tienen dotación económica sobrada para ello, pero poco a poco iremos también incorporando nuevas vías de financiación, por lo que esperamos que vaya creciendo y, por tanto, dispongamos todavía de más recursos.
¿Pero nos puede dar una referencia?
Empezamos con humildad pero nuestra vocación de futuro sería llegar a estar a la altura de las fundaciones referentes de nuestro país.
La Fundación La Caixa tiene un presupuesto de 655 millones.
Es uno de nuestros referentes, sin duda.
¿Quién formará parte del patronato?
Está representado tanto por las familias dueñas de la empresa, que son las familias Porsche y Piëch, por miembros del consejo de administración, miembros del comité ejecutivo, el presidente de Seat, que es el presidente de la fundación, y luego también por los representantes de los trabajadores.
¿En el grupo hay otras fundaciones?
Sí. Fue lógicamente donde primero fuimos a ver cómo funcionaban porque tenían más años de experiencia de nuestros colegas de Alemania. Pero luego cada país tiene unas normativas diferentes.
¿Dónde estará la sede?
Aquí, en Casa Seat, en Barcelona. Y luego lo que disponemos nosotros es de mucha gente de nuestra propia empresa que nos dará una estructura mínima. Luego colaboraremos con otras entidades para acabar de llevar a cabo todos los proyectos.
¿Pero tendrá una plantilla específica?
Sí, estará aquí en Casa Seat.
¿Cuáles serán los ámbitos de actuación?
Tres. Uno vinculado a la salud, otro el tema de las nuevas generaciones y darles oportunidades a la gente joven y, por último, el legado social.
¿Y el área de actuación?
España. Hemos empezado por Barcelona, puesto que es la ciudad que nos vio nacer, pero nuestro objetivo es llegar a todo el país.
¿Cuál es el proyecto más ambicioso?
Sin duda, en el que tenemos más experiencia y con el que podemos ya dar los primeros resultados es el de poner coches a disposición de los grandes hospitales. Lo que se llama medicina líquida, que favorece muchísimo la experiencia de los pacientes, porque pueden, algunos de ellos, depende de la patología, beneficiarse de estar en su casa en vez de en un hospital. Y al mismo tiempo, favorecemos también e indirectamente la descongestión del sistema público de salud: por ejemplo, en el 2024 en el Hospital Clínic, gracias a nuestra colaboración, han podido dar de alta a paciemtes y liberar más de 2.000 camas.
¿Por qué se llama medicina líquida?
Es una metáfora que ellos pusieron, precisamente porque es una manera de que el líquido llegue allá donde tiene que ir y no tiene que ir la persona hacia el sólido, que sería el hospital.
¿Qué les ofrecen?
Donamos coches a los hospitales a través de nuestra fundación y también obviamente les facilitamos cargadores eléctricos para esos hospitales.
¿Son todos eléctricos?
Ahora sí.
¿Cuántos ceden?
En el Hospital de San Joan de Déu tenemos una dotación de unos seis coches, aproximadamente. Los vamos también renovando a medida que tenemos nuevos modelos. Tenemos tanto coches pequeños como grandes, porque por ejemplo para este tipo de medicina en una ciudad como Barcelona, un Raval sería perfecto, y en cambio, a lo mejor para llegar a zonas más rurales, les viene mucho mejor coches más grandes como el Tavascan.
Teniendo en cuenta que aún no se ha completado la descarbonización, ¿la fundación no estará intentando lavar la imagen de la compañía en materia medioambiental? ¿Será una especie de greenwashing (ecopostureo)?
En este caso queda claro que no, puesto que los campos de actuación no tienen nada que ver. Nos hemos relacionado con fundaciones y con entidades de altísimo prestigio para poder aterrizar todos aquellos proyectos que llevemos a cabo, que sean tangibles, que sean reales y que se puedan medir.
¿Y en el ámbito de la educación?
Hemos empezado, como decía, en el barrio del Raval, por nuestra afinidad por el modelo de Cupra Raval. Hemos empezado también a colaborar con cátedras de universidad y con otras fundaciones, como la Fundación Tot Raval, para ofrecer las mismas oportunidades a la gente joven que quizás tengan más dificultad de acceder, para que no haya ningún niño o ningún joven que no pueda desarrollar un proyecto o su talento por falta de recursos.
Pero que aquí no son coches...
Sí, aquí es más financiación y seguimiento también a nivel universitario y de cátedra.
¿Y el legado?
Nosotros como Seat nos sentimos realmente pioneros y creemos que es una empresa que ha sido clave en la industrialización de nuestro país, que ha puesto España sobre ruedas. Tenemos una serie de ventajas por pertenecer a nuestra empresa y queremos también poder traspasarla y ponerla a disposición del resto de la sociedad.
