El presidente de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, pretende impulsar el comercio entre Catalunya y China y los países del Este de Asia. Apenas un mes y medio después de que regresara de sus viajes a Japón y Corea del Sur, el presidente Illa parece dispuesto a aumentar sus relaciones internacionales. En ocho días ha visitado cuatro ciudades de China y se ha reunido con empresarios de China y empresarios catalanes orientados al comercio internacional. Y cuando Israel anunciaba que no participará en el encuentro del Mobile World Congress en Barcelona (46 empresas de Israel han anunciado que este año no van a concurrir al encuentro internacional de Barcelona) el presidente Illa expande las relaciones de Catalunya hacia los mercados globales.
La ampliación del aeropuerto de El Prat ha de permitir que aumente la captación de volúmenes internacionales de comercio y que Catalunya atraiga a los talentos que son capaces de impulsar proyectos internacionales.
Illa, en su visita a China, junto al vicepresidente ejecutivo de China Eastern, Wan Qingchao.
China parece dispuesta a tener un papel global en los mercados internacionales y toma medidas para eludir las decisiones inesperadas del presidente Donald Trump y su impacto en el valor del dólar. El yuan, la moneda de China, llevaba años teniendo un papel secundario en los mercados internacionales, pero las inesperadas reacciones del presidente Trump y sus abruptas políticas arancelarias, que él denomina “recíprocas”, han conducido a un nuevo papel de China. Actualmente el 30% del comercio mundial de China se realiza en yuanes (la moneda oficial de China). Más del 50% de sus transacciones monetarias transfronterizas se realizan también en yuanes. En el 2010 apenas representaban el 1%.
Según The Economist, más de 1.700 bancos han suscrito contratos con China a partir de un nuevo instrumento financiero denominado CIPS, que puede tener valor en las transacciones de los países de Asia. Durante el último año, las transacciones en la moneda de China llegaron a varios miles de millones de dólares. Es posible que todavía no sea la moneda preferida para los que desean tener fondos en monedas internacionales (no es fácil desplazar las colocaciones en dólares que cotizan en Wall Street) pero aumenta el número de países que están dispuestos a tener contratos basados en el yuan. China concede préstamos en yuanes y suscribe contratos de suministros en su moneda, sin tener que recurrir al todopoderoso dólar. Otra cosa es que sus compañías internacionales, que cotizan en la bolsa de Hong Kong, todavía negocian en dólares. En cualquier caso, lo relevante es que, todavía hoy, el principal comprador de los bonos del Tesoro de Estados Unidos es China.