Muchos propietarios desconocen el verdadero potencial de su inmueble. Este no depende de un solo aspecto, sino de un conjunto de criterios. Desde Renta Corporación, expertos en la compra y venta de edificios, explican que “cada inmueble tiene características que, bien analizadas, pueden marcar la diferencia a la hora de ponerlo en el mercado; desde cambios de uso hasta redistribuciones de la finca o incluso la creación de patios y zonas comunes que revalorizan el activo”.
En la misma línea, Miguel Ángel Gómez Huecas, presidente de la Federación de Asociaciones de Empresas Inmobiliarias (FADEI), subraya la importancia del asesoramiento técnico y jurídico para identificar la valorización real de un edificio frente a la demanda actual y futura.
¿Cuáles son los aspectos que más influyen en el valor de un inmueble?
El valor de un edificio no se limita a una cifra en euros. Incluye aspectos técnicos, de mercado y estratégicos que solo una valoración profesional puede evaluar correctamente. Contar con este análisis personalizado es imprescindible para tomar decisiones de gestión patrimonial con seguridad.
Ubicación y entorno: la localización sigue siendo la variable más determinante. Los barrios bien conectados, con servicios, comercio activo y crecimiento residencial, encabezan las estadísticas de inversión en las grandes ciudades como Barcelona. La proximidad a transportes, colegios o zonas de ocio no solo aumenta el valor actual, sino también las posibilidades de revalorización futura. Para propietarios que se preguntan qué hace que un inmueble tenga mayor atractivo, el entorno es un indicador clave. “La ubicación es el factor más determinante porque condiciona la repercusión del inmueble. Un mismo edificio puede tener valoraciones muy distintas según el barrio y el contexto urbano”, remarcan desde Renta Corporación.
La proximidad de un edificio a transportes, colegios o zonas de ocio no solo aumenta el valor actual, sino también las posibilidades de revalorización futura
Estado de conservación: entender los usos posibles de un inmueble es clave. Destaca la importancia de cambiar el uso, característico del edificio, a uno de mayor valor, por ejemplo de terciario oficinas a residencial. Una mayor flexibilidad aumenta la rentabilidad y se adapta a las tendencias del mercado. “Además de los cambios de uso, en Renta Corporación analizamos redistribuciones interiores, metros mal aprovechados y la creación de zonas comunes o patios, que pueden transformar por completo el valor de un edificio”, explican los expertos.
Capacidad de transformación: entender los usos posibles de un inmueble es clave. Destaca la importancia de cambiar el uso, característico del edificio, a uno de mayor valor, por ejemplo de terciario oficinas a residencial. Una mayor flexibilidad aumenta la rentabilidad y se adapta a las tendencias del mercado. “Además de los cambios de uso, en Renta Corporación analizamos redistribuciones interiores, metros mal aprovechados y la creación de zonas comunes o patios, que pueden transformar por completo el valor de un edificio”, explican los expertos.
El valor de un edificio no se limita a una cifra en euros: incluye aspectos técnicos, de mercado y estratégicos que solo una valoración profesional puede evaluar correctamente
Número y tipología de unidades: los inmuebles con varias unidades permiten diversificar ingresos y vender o alquilar por partes. La tipología determina la demanda: locales en zonas transitadas, viviendas en barrios cotizados u oficinas en áreas empresariales. Además, la posibilidad de reformar o cambiar el uso de cada unidad añade atractivo.
Eficiencia energética y sostenibilidad: “La eficiencia energética supone siempre una rehabilitación previa y, por tanto, aporta valor añadido al activo. No solo reduce costes, también aumenta la confianza de compradores e inversores”, señalan en Renta Corporación. Y es que hoy en día, contar con instalaciones eficientes, certificación energética y un compromiso con el ahorro ayuda a mejorar el potencial del edificio en el mercado. El Instituto para la Diversificación y Ahorro Energético (IDAE) ofrece pautas para propietarios que quieren optimizar su etiqueta energética. Miguel Ángel Gómez destaca la importancia de soluciones ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), como energías renovables, mejor aislamiento, eficiencia hídrica, materiales reciclados y locales, y gestión responsable de residuos.
Si tienes un edificio en Barcelona, es un buen momento
Según el European Investor Intentions Survey 2025, elaborado por CBRE, Barcelona se sitúa como la cuarta ciudad europea preferida por inversores
Cumplimiento normativo y situación legal: es recomendable encargar una due diligence jurídica, que identifique usos permitidos, posibles cargas y servidumbres de paso, así como incidencias que afecten a la propiedad. Aunque la due diligence jurídica es principalmente legal, también tiene implicaciones técnicas: algunas normativas exigen características físicas específicas, como medidas de accesibilidad o el cumplimiento del Código Técnico de la Edificación (CTE). Conocer estos detalles asegura que el inmueble esté tanto legal como técnicamente en regla antes de vender o reformar.
Tendencias de mercado en 2025: a pesar de un contexto internacional marcado por la incertidumbre geopolítica y las tensiones comerciales, las perspectivas inmobiliarias siguen siendo positivas. La inversión en Barcelona y Catalunya alcanzó los 1.700 millones de euros en el primer semestre del 2025, un 70 % más que en el mismo periodo del año anterior, uno de los mejores registros históricos. Según el European Investor Intentions Survey 2025, elaborado por CBRE, Barcelona se sitúa como la cuarta ciudad europea preferida por inversores, solo por detrás de Londres, Madrid y París, consolidando su atractivo como foco europeo de inversión.
¿Cómo detectar el potencial oculto de una propiedad?
Descubrir el verdadero valor de un inmueble exige mirar más allá de sus características principales y fijarse en los detalles. La capacidad comercial y la edificabilidad no consumida pueden ser oportunidades estratégicas. “En muchos edificios encontramos potencial oculto en cambios de uso, redistribuciones interiores, metros mal aprovechados o incluso en la creación de nuevas zonas comunes. Son transformaciones que no siempre detecta el propietario, pero que, bien ejecutadas, pueden disparar el atractivo del activo”, señalan desde Renta Corporación.
Por eso, precisamente, es importante contar con asesoramiento profesional: a través de auditorías técnicas, revisiones legales y conocimiento de las tendencias urbanísticas, profesionales como Renta Corporación detectan oportunidades invisibles para el propietario y anticipan qué reformas, usos o ajustes pueden disparar la rentabilidad. Su capacidad para leer el mercado y manejar la documentación aporta confianza y seguridad jurídica en cualquier operación.
Preguntas frecuentes a la hora de valorar un edificio
Responder a las dudas más habituales ayuda a los propietarios a comprender el potencial de su inmueble. Jesús Pérez García, arquitecto técnico colegiado del CATEB (Col·legi de l'Arquitectura Tècnica de Barcelona), aclara los principales criterios que determinan la valorización y cómo prepararse antes de vender o reformar un inmueble. A su vez, desde Renta Corporación refuerzan con su experiencia profesional cuáles son los aspectos más decisivos.
¿Qué aspectos determinan el valor de un edificio en 2025?
El potencial de un inmueble depende de su ubicación y orientación, calidad constructiva y de los materiales, estado de conservación, posibilidad de transformación y adaptación a nuevos usos, y eficiencia energética. También influyen la distribución y superficie de viviendas y locales, la situación legal y factores externos como la actividad del barrio y los proyectos urbanos en marcha.
“Los principales valores para vender un edificio son los metros cuadrados, la zona en la que se ubica y su estado de conservación. A partir de ahí, se analizan elementos como la tipología, la posibilidad de transformación y la documentación en regla”, añaden desde Renta Corporación.
La ubicación es el factor más determinante porque condiciona la repercusión del inmueble
¿Influye la eficiencia energética en el valor de un edificio?
Sí, y su relevancia crece cada año. Cuanto más eficiente energéticamente es un inmueble, mayor será su potencial de mercado. “La eficiencia energética supone siempre una rehabilitación previa y, por tanto, aporta valor añadido al activo. Un edificio eficiente reduce costes futuros y transmite confianza al comprador o inversor, lo que aumenta su atractivo en el mercado”, señalan en Renta Corporación. La sostenibilidad no solo reduce costes, sino que también facilita la venta y aporta diferenciación frente a inmuebles menos eficientes, aumentando el interés de compradores e inversores conscientes de ahorro y sostenibilidad.
¿Por qué la ubicación de un edificio es clave?
“La ubicación es el factor más determinante porque condiciona la repercusión del inmueble. Un mismo edificio puede tener valoraciones muy distintas según el barrio, la accesibilidad, los servicios cercanos y las perspectivas de revalorización de la zona”, subrayan desde Renta Corporación. Inmuebles en zonas bien comunicadas, con servicios cercanos y actividad comercial o residencial estable, suelen mantener precios más sólidos. La seguridad, accesos y proximidad a transporte y equipamientos básicos influyen directamente en la demanda. Anticipar procesos de transformación urbana puede multiplicar también el valor de un edificio.
¿Qué documentación se necesita para acreditar el valor de un edificio en 2025?
Para acreditar la legalidad y el valor de un inmueble es imprescindible disponer de escrituras, licencia de obras y reformas, certificado energético, registro de la propiedad libre de cargas, planos actualizados y situación arrendaticia. El edificio debe estar construido bajo un proyecto y licencia otorgada por el Ayuntamiento, con certificado final de obra emitido por la dirección facultativa. Es fundamental contar con la Inspección Técnica del Edificio (ITE), que detalla deficiencias que pueden afectar directamente al valor. Y las viviendas deben acreditar cédulas de habitabilidad, ya sean de primera ocupación (cuando se construye o hay una gran rehabilitación) o de segunda ocupación. “Lo esencial son los planos, los metros cuadrados acreditados, las rentas si las hubiera y el documento de la ITE para conocer el estado real del edificio. Estos elementos permiten tener una valoración ajustada y transparente”, detallan desde Renta Corporación.
Lo esencial son los planos, los metros cuadrados acreditados, las rentas si las hubiera y el documento de la ITE para conocer el estado real del edificio. Estos elementos permiten tener una valoración ajustada y transparente”
En conclusión, el valor de un edificio depende de una combinación de factores visibles e invisibles que requieren un análisis profesional. Desde la ubicación y el estado de conservación hasta la eficiencia energética, la flexibilidad de uso y la documentación legal, cada detalle influye en la valorización y la rentabilidad.
Consultar a expertos como Renta Corporación permite descubrir oportunidades que incrementan el atractivo del inmueble y ofrecen seguridad y confianza a la hora de vender, alquilar o reformar con éxito.

