Desde hace más de medio siglo el lema “Porque yo lo valgo”, de la multinacional de cosmética L’Oréal, ha ido ligado al derecho de las mujeres de darse un gusto para sentirse mejor consigo misma.
Fundada en los albores del siglo XX en París y con 75 años de historia en España, la hoy primera multinacional del mundo en el sector estético ha querido celebrar esta efeméride en la península Ibérica dándose el gusto de aplicarse su propio eslogan. Para ello ha desgranado lo que L’Oréal vale más allá de los puros números de su cuenta de resultados. Es decir, lo que su negocio aporta a la economía española con un punto neurálgico no del todo conocido: su fábrica de Burgos.
Es una joya de la marca en materia de sostenibilidad. En el 2015 se convirtió en la segunda fábrica de L’Oréal en utilizar 100% de energía renovable, abastecida por biomasa y paneles fotovoltaicos. En el 2017, fue la primera en conseguir el certificado Waterloop, asegurando que todo el consumo de agua es reciclado. En la fábrica trabajan 621 empleados que producen 330 millones de unidades al año, casi un millón al día, de las cuales el 92% se exportan a más de 50 países.
Hasta 330 millones de unidades de productos de las diferentes marcas de la compañía se producen cada año en Burgos: se exportan a 50 países
“La planta de Burgos es un proyecto de continuidad para la compañía. Prueba de ello son las inversiones que L’Oréal Groupe ha sostenido en los últimos cinco años y que ascienden a más de 73 millones de euros, destinadas a fortalecer significativamente nuestra capacidad productiva. Al mismo tiempo, impulsan iniciativas clave en sostenibilidad, como la adquisición de líneas para formatos refill y doypack, y refuerzan nuestra excelencia industrial a través del programa Healthy Beauty, que eleva nuestros procesos a los estándares más exigentes, equiparables a los de la industria farmacéutica”, explican desde L’Oréal.
Su actividad es la mejor forma de entender lo que la empresa denomina la huella de su negocio. Como un centro de producción, en este caso en la España vaciada, hace de tractor económico para otros muchos sectores, tanto la hostelería, la logística y otros. “Invitamos a ver la belleza como una auténtica palanca de progreso y un lenguaje universal. Tras 75 años de presencia en España, por primera vez dimensionamos nuestro impacto real y positivo, no solo en la economía, también en el desarrollo tecnológico, la sostenibilidad y el bienestar de todas las personas y renovamos nuestro compromiso de seguir siendo un socio estratégico tan importante para el crecimiento económico inclusivo y la innovación en España”, asegura Juan Alonso de Lomas, consejero delegado de L’Oréal España y Portugal.
Más allá de Burgos, la huella de las 31 marcas que L’Oréal vende en España tiene un valor ampliado. Por un lado, en el 2024, la división que agrupa los negocios de España y Portugal alcanzó los 1.400 millones de euros, tras crecer un 12% y convertirse en la tercera filial con más crecimiento del grupo, y la sexta más grande con una aportación del 10% a los ingresos mundiales.
En España emplea a 2.800 personas: en el país calcula un impacto de 7.400 millones de euros por su actividad en toda la cadena
Pero su impacto va más allá por el efecto que el negocio genera en otros sectores, como la peluquería, el comercio minorista, la industria y otros más desconocidos, como los servicios científicos y los técnicos, según recoge el informe La esencialidad de la belleza, de la consultora Asteres, con datos del 2023.
El efecto dominó del negocio supone una aportación de 7.400 millones de euros al año para la economía española, el 1% del PIB y casi el 40% de lo que genera toda la industria de la belleza en España, que asciende a 19.000 millones de euros. L’Oréal también es un importante tractor de empleo. Por cada trabajador de la compañía, que son 2.800, su cadena de valor genera 17 empleos, por lo que está detrás de cerca de 50.000 empleos. En el ámbito fiscal, la aportación asciende a 1.200 millones de euros anuales.
Los datos de L’Oréal España y Portugal muestran un crecimiento por encima de la media del mercado español en su sector. Según la patronal Stapa, la industria de cosmética y perfumería aumentó un 7,7% el año pasado, hasta un récord de 11.200 millones de euros.
La inversión en innovación del grupo ascendió a 1.300 millones en el 2024, el 3% de las ventas
Pero la compañía va más allá del negocio de lo que se ve. Su división ligada a la dermatología es la que más creció en el mundo el pasado año, un 31%. En España cuenta con proyectos punteros como SaVios, que lidera La Roche-Posay, marca de L’Oréal Groupe. En colaboración con el hospital universitario Costa del Sol, y los hospitales regional y Virgen de la Victoria de Málaga, evalúan la utilidad de una aplicación móvil con inteligencia artificial, SkinVision, diseñada para la detección precoz del melanoma. “La meta es medir la eficacia de esta herramienta para identificar lesiones cutáneas de riesgo, permitiendo una derivación temprana a especialistas y contribuyendo a que el cáncer de piel, detectado a tiempo, mantenga un pronóstico favorable del 100%. Se prevé la participación de más de 500 pacientes, lo que subraya la magnitud de este esfuerzo colaborativo en la lucha contra el cáncer de piel”, explican.
Es un ejemplo de la actividad de 4.000 investigadores y 8.000 expertos en IA de la compañía en el mundo que traducen a productos tangibles la inversión en I+D de la empresa: 1.300 millones de euros, el 3% del total de las ventas del grupo ese año que alcanzaron en el 2024 los 46.483 millones de euros.
