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Carmencita, de Mercadona a la alta cocina

Empresas | Alimentación

La compañía de especias de la familia Navarro multiplica su capacidad para crecer en restauración y exportación

Jesús Navarro, tercera generación familiar, en la fábrica de Carmencita

Axel Alvarez

Carmencita, la compañía de especias de la familia Navarro, quiere aprovechar el viento de cola que le han traído los cambios en los hábitos de consumo y una estrategia bien ejecutada para diversificar negocio. Su alianza con Mercadona, a quien provee bajo la marca Hacendado, y la presencia en prácticamente todas las cadenas de supermercados con su propia enseña le han llevado a liderar la cuota de mercado en España. En el segmento de especias ostentan un 65% en kilos vendidos, mientras que en edulcorantes, su otro gran segmento, alcanzan el 55%.

Pero esta empresa centenaria asegura no haber tocado techo. “Tenemos aún camino por recorrer en exportación, en la zona norte de España y sobre todo en restauración”, afirma Jesús Navarro, consejero delegado y tercera generación familiar.

La empresa de Novelda (Alicante) ha invertido 30 millones para levantar otra fábrica

En este plan de crecimiento juega un papel crucial la nueva planta de Novelda (Alicante), donde han invertido 30 millones de euros de recursos propios y que estará cien por cien operativa el año que viene. Se trata de unas instalaciones de 30.000 metros cuadrados que la situarán entre las mayores y más avanzadas de Europa. Allí trasladarán toda la producción, mientras que la antigua fábrica se destinará a almacenamiento de productos auxiliares. Con ella multiplicarán su producción para acompañar el fuerte incremento de ventas que han experimentado: en cinco años han aumentado la facturación un 46%, hasta los 108 millones de euros del 2024. “Durante la pandemia, los consumidores cocinaban más en casa y disparamos las ventas un 25%”, comenta Navarro. El rápido aumento de demanda supuso todo un reto logístico que consiguieron resolver. Una vez superado el confinamiento, las ventas se estabilizaron los dos ejercicios siguientes, pero volvieron a crecer a partir del 2023. Este año prevén un avance cercano al 15%.

Nueva fábrica en Novelda, en la que han invertido 30 millones

LV

Ahora ganarán músculo y capacidad para asumir su nuevo plan estratégico, a la vez que mejoran las condiciones de los más de 440 trabajadores. “Con esta fábrica pasaremos de tres turnos a dos, manteniendo la plantilla”, explica el consejero delegado. La empresa ha firmado asimismo en su nuevo convenio reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales a partir del 2026.

La estrategia de expansión busca ir más allá del consumo en los hogares –la distribución representa el 90% de las ventas– y entrar en el canal de la restauración, donde todavía tienen poca presencia. “Es nuestro gran reto y hemos empezado un poco la casa por el tejado, porque sabemos que los chefs tienen Carmencita en casa pero no en el restaurante”, continúa Navarro. A través de acuerdos con escuelas de alta cocina, intentan convertirse en la marca de referencia de los futuros grandes cocineros. En esta línea creó, en colaboración con la Universidad de Alicante, la Cátedra Carmencita de Estudios del Sabor Gastronómico, a la vez que colabora con escuelas como el Basque Culinary Center, que patrocina, MOM Culinary Institute, Gasma y los CdT.

La distribución representa el 90% de sus ventas; el gran objetivo ahora es el canal Horeca

En cuanto a la exportación (30% de los ingresos), son líderes en México y Venezuela, país este último donde se ha producido un fenómeno de metonimia comercial: llaman Carmencita al colorante alimenticio, sea cual sea su marca.

“En Latinoamérica, por proximidad cultural, vamos con toda nuestra oferta comercial”, detalla Jesús Navarro. En cambio, han tenido que trazar un camino distinto para penetrar en el norte de Europa, donde el uso de especias no es tan común. En el Reino Unido venden preparados para la paella y en Oriente Medio han lanzado una marca específica para las infusiones. Han impulsado asimismo algunas colaboraciones con cadenas de gran consumo, como Mcdonald’s o Starbucks, para tratar de llegar a nuevas generaciones.

La explosión de la demanda no es el único desafío que ha vivido la empresa. La subida de precio de las materias primas le ha obligado a contener los costes y a maximizar la eficiencia para no trasladar todo el incremento al consumidor. Una de las especias más inflacionarias ha sido la pimienta, ya que muchos productores han abandonado este cultivo para pasarse al cacao, más rentable. Pese a ello, han mejorado sus beneficios hasta los 5,5 millones de euros.