La holandesa Fastned quiere anticiparse al despliegue a mayor escala del coche eléctrico en España. La empresa inauguró la semana pasada sus dos primeras electrolineras de carga ultrarrápida en España, en Catalunya, avanzadilla de un plan que contempla una docena más a corto plazo y hasta 80 para el 2030.
La empresa pone una pica en el que será su noveno país. Las dos electrolineras se sitúan en la C-32, en Vilanova i la Geltrú y Cubelles, de la mano de Autopistas (Abertis). “Se arranca por Catalunya al ser estratégica y puerta de entrada de Europa, de turistas ya acostumbrados al eléctrico. También se cuenta con un plan de impulso eléctrico –por el de la Generalitat, que pretende movilizar 1.400 millones de euros–”, expone Inma Cima, directora nacional de Fastned. También es donde los plazos y permisos han ido más rápido, ya que trabaja en más puntos. En sus planes más inmediatos aparece la apertura de otras 13 electrolineras: cinco en Catalunya y otras cuatro en Madrid, con la vista también en Murcia, la Comunidad Valenciana y Andalucía.
Hasta 13 electrolineras estima abrir en sus planes más inmediatos, entre Catalunya, Madrid, Murcia, C. Valenciana y Andalucía
Tras estudiar el mercado, apunta a las áreas de servicio, a las carreteras y a las salidas de grandes ciudades, con un foco especial en el corredor mediterráneo. Sin que ello haga renunciar a estar dentro de las urbes. Sus instalaciones se suelen estructurar con ocho puestos de recarga, aunque puede irse a 16. La inversión ronda los 1,3 millones de euros por estación. El objetivo para el 2030 es contar con una red de 80 electrolineras en España.
Y siempre con carga ultrarrápida. Con cargadores de 400 kW, la idea es tardar unos 15 minutos para sumar 300 kilómetros de autonomía. “Siempre instalamos los cargadores más potentes”, dice. Cima critica, en todo caso, que nuestro país arrastra obstáculos para el despliegue. Construir les lleva solo unos cuatro meses. Pero no elude esperas: “Saber cuándo podrás abrir es una pregunta que en España no se puede contestar”, lanza. En otros países en los que está presente es más fácil estimar plazos y costes. En Europa los permisos para una apertura pueden rondar los 14 meses, pero en España se pueden ir a tres o cuatro años. Luego, la penetración del eléctrico es mucho más baja que fuera: supone el 8% de las ventas, o un 12% si se suman los híbridos enchufables. Aún son apenas el 2% del parque móvil. Esta menor penetración retrasa la rentabilización de la inversión, por lo que un inversor puede optar por otro país.
Inma Cima, directora nacional de Fastned
La red actual es suficiente, cree, pero obliga a planificar. Y faltan respuestas que puede cubrir un nuevo actor: “España tiene 48.000 puntos de recarga, pero solo cerca del 10% son ultrarrápidos. Falta red de recarga ultrarrápida y de calidad, vamos a la cola de Europa”, explica. Así, la directiva ve potencial a su modelo de electrolinera. “Aquí parece muy novedoso, pero llevamos trece años haciéndolo. Tenemos la experiencia de estar en otros ocho países en Europa. La gente duda de si primero va la compra del coche o el despliegue de la red... Nosotros pensamos que el despliegue va primero”, argumenta. “En los Países Bajos empezamos a desplegarnos antes que los usuarios, hace 13 años, cuando no existía el sector. Con el despliegue de red nos preparamos para el conductor del presente y del futuro”.
A escala europea ya cuenta con 2.270 puntos de carga, el 98% ultrarrápidos, en 363 estaciones de ocho países, a los que ahora suma España. Tiene otras 600 localizaciones aseguradas para desarrollos.
El objetivo a largo plazo pasa por contar con 80 electrolineras en España para el 2030
La idea es que las electrolineras se puedan llegar a asemejar a las áreas de descanso con todos los servicios asociados. De media las estaciones de Fastned facturan unos 300.000 euros anuales. En España en esta etapa inicial se apuntan como previsión los 100.000 euros por la menor penetración del eléctrico. Pese a ello, “creemos que la curva de electrificación será más rápida de lo que hemos vivido en otros países, solo irá a mejor”. Cima comparte el mensaje del sector que faltan ayudas a la compra de eléctricos, tanto a particulares como flotas.
La empresa tiene oficina en Madrid, donde trabajan 14 personas. Fundada en el 2012, cotiza en bolsa y tiene a Schroders entre sus inversores minoritarios. En el primer semestre los ingresos por cargas ascendieron a 54,3 millones de euros, un 44% más. Por las fuertes inversiones, aún está en pérdidas.
