“Veremos un gran incremento de plantas de biometano en los próximos años, aunque menos de lo previsto porque estamos viviendo en una burbuja en estos momentos”, afirma Ricard Carreras Ubach, coordinador de la comisión del biogás del Clúster de la Bioenergia de Catalunya.
“El punto de inflexión se dio hace unos cuatro años debido al gran interés por parte de las empresas para producir biometano”, añade el también responsable de transferencias del Centre Tecnològic Beta. Este experto estima que un centenar de proyectos se encuentran en tramitación en Catalunya, de los cuales 35 ya están a la espera de su aprobación por parte de la Generalitat.
Una de las principales trabas que impedirá que parte de estos proyectos llegue a materializarse son los largos trámites para su aprobación. “Pueden pasar tranquilamente dos o tres años e incluso cuatro, si bien la Generalitat está haciendo pasos para agilizar el proceso y reducirlo a entre uno y dos años”, explica Carreras Ubach. La otra gran traba es la creciente oposición social con la que se están topando estas iniciativas. “La tecnología del biogás aún no forma parte de la cultura tecnológica del país y cualquier iniciativa produce inicialmente miedo a lo desconocido y al cambio, sin conocimiento para valorar sus beneficios ambientales”, se lamenta el catedrático emérito de la Universitat Politècnica de Catalunya, Xavier Flotats Ripoll, en la Revista Técnica de Medio Ambiente-Retema , cuyo último ejemplar es un especial sobre la bioenergía.
El biometano es biogás ya refinado y una alternativa renovable al gas fósil
El biometano, que es biogás ya refinado y una alternativa renovable a los gases de origen fósil, ha sido también el foco de atención del IV Fòrum de Biogàs de Catalunya, celebrado el 16 de octubre en Reus. “En el actual contexto de gran volumen de proyectos en tramitación, hemos detectado que entre los socios del Clúster de la Bioenergía había cierto desconocimiento de este mercado”, argumenta Carreras para justificar que el encuentro anual del clúster se haya dedicado a este gas renovable.
Un informe de la Asociación Española del Gas (Sedigas), elaborado por PwC y Biovic, sitúa a España como uno de los tres países de la Unión Europea con mayor potencial de desarrollo de este gas renovable y a Catalunya, como la quinta comunidad autónoma con mayor potencial. En concreto, Sedigas estima que el país tiene potencial para albergar 2.326 plantas de producción de biometano (248 en Catalunya); lejos de las 16 que hay en funcionamiento a día de hoy según Gasnam (nueve de ellas en Catalunya). El conjunto de Europa, con 1.678 plantas, sí ha hecho los deberes.
Dato
Hay 35 proyectos en espera de aprobación por parte de la Generalitat hay en Catalunya
“La Estrategia Catalana de Biogás (2024-2030) fija unos objetivos anuales que en estos momentos no estamos cumpliendo por la lentitud de los trámites, pero en uno o tres años, a medida que se vayan materializando los proyectos, el crecimiento será superior a los objetivos fijados”, pronostica Carreras Ubach. Llegado a ese punto, el problema no será la producción, sino el consumo interno.
En la actualidad, la práctica totalidad de la producción nacional de biometano se exporta a otros países europeos. “En estos mercados hay más demanda porque las empresas deben cumplir con unos planes de reducción de su huella de carbono, con lo que están dispuestas a pagar más por comprar gas de origen renovable. En España, como esta obligación no existe, no hay un mercado interno de compra de biometano, que es más caro que el gas de origen fósil con los precios actuales”, explica Flotats Ripoll.

