Selenta, la hotelera fundada por la familia Mestre –antes Expo–, ha vivido un intenso proceso de transformación desde que sus anteriores propietarios la vendieran al fondo canadiense Brookfield por 440 millones de euros. La transacción, realizada en el 2021, impactó por el arraigo de la compañía en Catalunya, por poseer algunos de los establecimientos más icónicos de Barcelona (como el hotel Sofía, ahora un Grand Hyatt, o el Nobu de la estación de Sants) y porque su dueño, Jordi Mestre, era entonces el presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona, a la vez que ex vicepresidente del Barça.
Y es que la empresa no pudo soportar el impacto de la pandemia y del cierre al turismo que declaró el Gobierno. “Nos cogió en una situación de recientes reformas, en las que habíamos invertido mucho dinero, e ingresos cero” por la restricción a los viajes, recuerda Albert Tomás, consejero delegado de Selenta ya en aquella época. Mientras otros grupos disponían de liquidez y aprovecharon el parón para hacer mejoras, la compañía catalana tuvo que empezar a desprenderse de activos si quería sobrevivir. Primero vendió una de sus joyas de la corona, el hotel Nobu, a ASG por 80 millones. No fue suficiente y luego vino el grupo completo. Así, Brookfield se hacía con los hoteles Sofia y Expo de Barcelona, el Don Carlos en Marbella y el Mare Nostrum en Tenerife, todos de gran tamaño y en el sector de alta gama, además del negocio gestor. En total, sumaban más de 2.200 habitaciones. La operación excluyó el hotel Expo de Valencia, que se mantuvo en manos de Jordi Mestre.
Brookfield vendió el hotel Mare Nostrum de Tenerife este verano por 430 millones de euros
Ahora, cuatro años después, la cartera de Selenta es muy diferente y de menor tamaño. De los activos del 2021, solo conservan el Don Carlos y el Expo, ahora bajo la marca Moxy en alianza con Marriott. El Sofia lo vendieron en el 2023 a Blasson por 180 millones y el Mare Nostrum lo adquirió este verano la cadena Spring Hotels por 430 millones, la mayor transacción hotelera nunca realizada en España para un único establecimiento. La operación se cerró después de que Brookfield destinara 78 millones para renovar el activo, de más de mil habitaciones.
El grupo ha invertido más de 200 millones en transformar los activos para obtener rendimiento
Reposicionar los hoteles con una fuerte inversión y rotar cartera es ahora el modelo de negocio de Selenta. “En los últimos cuatro años, hemos invertido más de 200 millones para incrementar el valor de nuestro portafolio”, explica Tomás. Además del Don Carlos (50 millones de inversión para transformarlo) y el Moxy (28 millones en su reforma), la compañía ha incorporado el hotel de lujo Princesa de Madrid (lo compró a Colony NorthStar por 175 millones hace tres años) y el Benalma Costa del Sol (antes Palladium), que también han tenido remodelaciones. Se trata de establecimientos de grandes dimensiones, pero aún así, con menos habitaciones que el Mare Nostrum o el Sofía.
Tienen la mitad de inventario que en la etapa de la familia Mestre, pero suben los ingresos por habitación
Recepción del hotel Moxy de Barcelona, antiguo Expo
De esta manera, la cadena ha logrado elevar sus ingresos por habitación disponible un 30% en dos años. “Somos una compañía más rentable”, afirma Tomás desde las oficinas de Selenta en la avenida Diagonal de Barcelona, donde mantienen la sede operativa y social.
La cadena espera cerrar este ejercicio con 120 millones de euros de facturación y un 14% más de ingresos por habitación disponible
Con la mitad de inventario que en el 2019, esperan alcanzar los 130 millones de euros de facturación el año que viene–el último ejercicio pre covid Selenta ingresó 152 millones de euros–. Y para este 2025 prevén cerrar con un volumen de negocio de 120 millones y un 14% más de ingresos por habitación disponible que el año anterior. “Nuestro modelo ahora es crear valor con el activo y después monetizarlo, elevar y rotar la cartera”, sostiene el consejero delegado.
El grupo sigue analizando oportunidades en el mercado, tanto en España como en el sur de Europa, aunque no tiene como objetivo un gran crecimiento de los activos en propiedad. En cambio, sí que acaban de abrir otra línea de negocio: la gestión de hoteles de terceros. “Ya hemos quedado finalistas en un par de proyectos”, afirma Tomás. Con esta segunda vía de crecimiento –continúa– tendrán acceso a nuevos mercados. Es la nueva Selenta de Brookfield.
