La economía que se juega bajo el mar

Especial ‘Smart Cities’ | Economía azul

El BlueTechPort aspira a convertir Barcelona en el gran laboratorio europeo de una economía azul, sostenible y rentable

Regeneración de Ocean Ecostructures

Microarrefices de Ocean Ecostructures en una plataforma petrolera 

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Sabella spallanzanii , Parablennius pilicornis , Felimare villafranca , Palaemon elegans ... Los nombres suenan como un conjuro antiguo, pero pertenecen a especies reales que han vuelto a encontrar refugio en lugares poco amigables como los puertos industriales. Allí, entre pilotes de hormigón y estructuras de acero, la startup barcelonesa Ocean Ecostructures ha ideado un modo de “renaturalizar” el mar. Sus microarrecifes artificiales, inspirados en la lógica de la naturaleza, funcionan casi como incubadoras: atraen fauna, capturan CO₂ y miden su propio impacto gracias a drones submarinos e inteligencia artificial.

“Se pueden colocar sobre cualquier superficie o infraestructura en el mar: paredes, tuberías, un cables submarinos. Miden dos metros por uno y tienen una gran capacidad de recuperación de vida marina”, explica Ignasi Ferrer, uno de los cofundadores de Ocean Ecostructures junto a Mireia de Mas y Anna Lloveras. Precisamente Ferrer se encuentra estos días en Arabia Saudí a petición de su Ministerio de Inversiones y la Universidad KAUST, uno de los grandes centros de referencia en el campo del desarrollo tecnológico y científico. Lo hace como representante de una de las diez empresas seleccionadas cuya tecnología quieren introducir en Oriente Medio. “Hemos creado una solución multitecnológica que nos permite recuperar la vida marina en lugares impactados por infraestructuras y donde, por lo tanto, el mar ha perdido toda vida y por sí sola no puede recuperarla”.

Ocean Ecostructures lleva instaladas ya 500 estructuras en puertos, plataformas de petróleo, cableados submarinos o plataformas eólicas

Sus perspectivas son inmejorables: acaban de levantar una ronda de financiación de 3,5 millones de euros y su tecnología ya está presente en puertos como el de Almería, Bilbao, Algeciras o Mallorca, y en plataformas petrolíferas como las de Repsol. En concreto tienen colocados cerca de 500 microarrecifes, llamados Life Boosting Units, porque son como cajas recubiertas de carbonato cálcico, con un sistema de anclaje que les permite colocarse sobre cualquier superficie. “Pueden crear hasta 50 kilos de nueva vida marina por unidad, absorber hasta 28 kilos de CO₂ al año cada una e incrementar la biodiversidad entre un 200% y un 300%, incluso hasta un 600%”, detalla Ferrer.

Recreación de la fachada principal del futuro BlueTechPort

Recreación de la fachada principal del futuro BlueTechPort 

LV

En Ocean Ecostructures trabajan 22 personas, mayoritariamente biólogos, ambientalistas, y también ingenieros y economistas que comenzaron su andadura en 2020 y convirtieron el puerto de Barcelona en parte de su laboratorio, bajo el amparo del BlueTechPort. Hoy, forman parte de la lista Norrsken 100, que reconoce las 100 startups de mayor impacto del mundo y el índice tecnológico Nasdaq los ha reconocido como una de las diez startups tecnológicas más prometedoras del mundo.

La barcelonesa Underwater Gardens International acaba de instalar sus arrecifes en el Ártico

Ocean Ecostructures es solo una pieza del engranaje que el Port de Barcelona está construyendo para situarse como referente en la economía azul a través del BlueTechPort, un hub de innovación que aglutina startups, empresas tecnológicas y centros de investigación con un objetivo común: desarrollar soluciones sostenibles ligadas al mar. El proyecto empezó de forma discreta, casi experimental, con una prueba piloto en el Pier 01 del Tech Barcelona. Después vino el BlueTechPort instalado de forma provisional en una de las naves del propio puerto, donde hoy operan unas cuarenta empresas. El edificio definitivo, que se comenzará a construir a finales de este año en antiguos almacenes portuarios con una inversión de 52 millones de euros, tendrá una superficie de 25.000 metros cuadrados y podrá albergar hasta 2.500 profesionales. “No se trata solo de darles un despacho”, explica Emma Cobos, directora de Innovación y Estrategia del Port de Barcelona, “sino de crear un entorno donde puedan financiarse, encontrar clientes, probar sus tecnologías en condiciones reales y crecer acompañadas de los grandes actores del puerto”. Un hub que será único, al menos en Europa.

La nueva sede del BlueTechPort podrá albergar 2.500 profesionales; un hub en el que se invertirán 52 millones de euros

Para la directiva del puerto, hablar de economía azul va más allá de la mera filantropía. “Necesitamos que haya negocio sostenible detrás de la conservación. Que las empresas vean oportunidades en los nuevos créditos de carbono azul, igual que ahora las hay para plantar árboles. Esa es la única manera de escalar las soluciones y hacerlas sostenibles”.

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Instalación de los arrecifes elaborados por la barcelonesa Ocean Citizen en el fiordo de Porsanger, en el Ártico 

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Esa visión empieza a materializarse en Barcelona, punta de lanza de la blue economy , donde empresas emergentes demuestran que proteger el mar también puede generar valor económico. Es el caso de Underwater Gardens International (UGI), que ha diseñado los arrecifes Elnida-rif, unas estructuras ecológicas que favorecen la regeneración marina y la captura natural de carbono. La compañía acaba de instalar 30 unidades en el fiordo de Porsanger, en el Ártico, un hito dentro del proyecto europeo Ocean Citizen, convirtiendo esa zona en el primer piloto de protección de ejemplares jóvenes de bacalao y de regeneración de bosques de kelp.

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