La IA, un punto de inflexión en las ciudades
Especial ‘smart cities’| Tecnología
La adopción es transversal pero en las grandes urbes avanza más rápido
Usuarias conectadas en el metro de Barcelona
Para sorpresa de nadie, la llegada de la inteligencia artificial (IA) generativa ha sido un punto de inflexión en la forma en la que se organiza la vida en las ciudades. Los beneficios de esta tecnología están por todas partes, desde la simplificación de la burocracia hasta el control del tráfico, el consumo de energía o la gestión de los residuos.
“La IA tiene el poder de catapultar las ciudades hacia el futuro, de crear un paisaje urbano más inteligente y preparado para el futuro que mejora la calidad de vida de todos sus habitantes”, comenta Michael Flynn, responsable de infraestructuras y transporte en Deloitte con motivo de la publicación del estudio AI-Powered Cities of The Future .
El informe de esta consultora constata el avance de esta tecnología en 250 ciudades de 78 países distintos de todo el mundo. Tanto Barcelona como Madrid aparecen entre las ciudades con mayor implantación de esta tecnología por parte de los gobiernos locales. Bajo la etiqueta de “líderes en IA”, las dos ciudades españolas forman parte de un club de 99 grandes urbes donde figuran líderes globales como Nueva York o Pekín.
Barcelona ha hecho los deberes gracias a la combinación de múltiples factores que se retroalimentan entre sí. Según Josep Palet, socio responsable de gobierno de Deloitte en España, “la capital catalana goza de un sólido tejido empresarial y una alta capacidad de atracción de inversión extranjera, con la presencia de grandes multinacionales tecnológicas y un ecosistema dinámico de startups innovadoras en el ámbito de la IA”. Asimismo, “Barcelona tiene estrategias específicas de impulso a la inteligencia artificial incluidas en las agendas digitales tanto del Ayuntamiento de Barcelona como de la Generalitat”. Según Palet, también es relevante que la ciudad “tenga un sistema académico y de investigación de referencia, con centros punteros como el Barcelona Supercomputing Center o el Computer Vision Center”.
El avance de la tecnología
Un informe de la consultora Deloitte radiografía el uso de esta tecnología en todo el mundo, y Europa y la región de Asia y Pacífico están en cabeza
Según el informe, también tiene un impacto positivo en esta ciudad la regulación que ha promovido la Unión Europea, llamada AI Act. “Ha creado un entorno seguro y ético, que promueve la transparencia y la rendición de cuentas”, señala el informe. De hecho, Flynn asegura que “lejos de quedarse atrás, las ciudades europeas están utilizando la regulación como ventaja competitiva”.
De acuerdo con el estudio, el área con mayor adopción de IA es el gobierno y la gestión de las operaciones, utilizada en el 44% de las ciudades encuestadas. Esto significa que las administraciones municipales utilizan la tecnología para analizar grandes volúmenes de datos, procesar documentos y análisis. En segundo lugar, el área con más adopción de IA es la seguridad (42%), con el monitoreo mediante IA de vídeos, cámaras y previsión de crímenes. Asimismo, la IA resulta útil en los casos de planificación urbana (34%), la salud (33%), la movilidad y el transporte (30%) –con la gestión del tráfico o de los aparcamientos– y el medioambiente (22%), con la gestión del agua, la energía y los residuos.
El estudio revela que la adopción de IA se está llevando a cabo de manera desigual y que, como es habitual, las ciudades con mayores recursos van un paso por delante. “Las ciudades de gran tamaño ya están utilizando IA generativa en el 11% de los casos mientras que las pequeñas y medianas empresas este porcentaje se situa en el 4 y el 5%, respectivamente”. Para no quedarse atrás, Palet recomienda a estas pequeñas ciudades “centrarse en las problemáticas más críticas y aprovechar la financiación pública procedente por fondos europeos”. Según Deloitte, las grandes urbes que son líderes en IA van a destinar el 1,88% de su presupuesto municipal a esta tecnología durante los próximos tres años.
De todos modos, Flynn apunta que hay que invertir con todas las cautelas ya que la IA plantea riesgos como las filtraciones de datos o la pérdida de privacidad. Por eso, comenta, “es necesario que los gobiernos aborden este problema estableciendo marcos de gobernanza claros, fortaleciendo los sistemas de privacidad y seguridad de datos e implementando directrices para el manejo de datos personales”, concluye.