El grupo BonÀrea vuelve a crecer y acelera la inversión en Aragón
Mundo Empresarial
La compañía de Guissona prevé un aumento de facturación del 5% este ejercicio
Nueva fábrica de BonÀrea en Épila, Zaragoza
El grupo BonÀrea prevé volver a crecer después de dos años seguidos encogiendo levemente sus ventas. La compañía con sede en Guissona calcula un aumento de facturación del 5% para este ejercicio, elevando así sus ingresos frente a los 2.680 millones de euros del 2024. Entonces sus ventas retrocedieron, un 1,5%, aunque ganó más que nunca, con 88,8 millones de beneficio. En el 2023, la facturación disminuyó un 3,6%, pero, de nuevo, los beneficios fueron al alza.
En paralelo, la corporación prosigue con su ambicioso plan de crecimiento, del que es pieza angular el complejo productivo y logístico que construye en Épila (Zaragoza) desde el 2019. En total, ha invertido en él 223 millones de euros hasta octubre de este año, de los que 18 millones se han ejecutado este 2025. “Es la inversión más importante de nuestra historia”, subraya Ramon Alsina, consejero delegado de BonÀrea Agrupa. En conjunto, el grupo cerrará el ejercicio con una inversión de entre 115 millones y 120 millones, tanto en mejoras de sus plantas, incluida la de Guissona, como en la apertura y reforma de tiendas.
Se trata de un macrocentro de 180 hectáreas de superficie, aún en desarrollo, que hoy en día ya abastece 130 establecimientos del grupo en Aragón, Madrid, Navarra y La Rioja. Aun así, una vez esté completado –no hay una fecha fija aún- podrá dar servicio a unas 1.000 tiendas. “Tendrá una capacidad un 60% mayor que la fábrica de Guissona”, detalla el consejero delegado. En la actualidad, el complejo de la Segarra surte más de 600 comercios.
El centro de Épila (Zaragoza) ya abastece 130 tiendas tras una inversión de 223 millones
La instalación ya tiene en funcionamiento el almacén logístico y la planta de frutos secos. Y para este 2026 comenzará a funcionar la de lácteos y líquidos y la de alimentos para mascotas. A medida que su red comercial crezca y el centro de Guissona llegue al límite operativo, Épila irá ganando plantas y funciones, como un matadero, elaboración de productos cárnicos o un secadero de jamón.
Se trata, pues, de la pieza clave para llevar a cabo el ambicioso plan de crecimiento del grupo. La corporación se ha fijado por objetivo aumentar su parque de tiendas en la zona de Levante y el área norte de España, incluso llegar al País Vasco, donde todavía no tienen presencia. “No nos olvidamos de nuestro origen, venimos de un pueblo, y queremos estar en todos sitios, tanto en grandes ciudades como en municipios pequeños, allí donde otros no van porque creen que no será rentable”, sostiene Alsina.
Actualmente la compañía dispone de puntos de venta en Catalunya, Madrid, Aragón, Comunidad Valenciana, Navarra, La Rioja, Castilla-La Mancha y Andorra. Este año, prevé incorporar hasta 18 nuevos establecimientos, además de trasladar o ampliar otros 22 comercios. En el 2024 sumó asimismo 538 nuevos trabajadores, hasta superar los 6.400 empleados directos, a los que hay que añadir los más de 4.000 de los franquiciados –todas sus tiendas lo son-. Por su parte, BonÀrea Cooperativa, especializada en la cría de animales y origen del grupo, facturó 324 millones en el 2024, con una plantilla de 213 personas.